Pateando el bote
Por Javier Solórzano Zinser
Fue un acto a la vieja usanza, pero corregido y aumentado. La Presidenta fue la dueña del mediodía.
Ha logrado crear una narrativa entre sus millones de seguidores. La ven como una defensora de la patria a lo que se suma que han echado a andar de manera apabullante el aparato propagandístico. Entre los medios públicos, y en algunos casos los privados, se ha ido fortaleciendo la imagen de la Presidenta y de su Gobierno.
La Presidenta fortaleció ayer el halo que alrededor de ella y su Gobierno se ha ido dibujando. Llenaron el Zócalo de militantes, seguidores y de adjetivos. La Presidenta supo dónde enfatizar tocando fibras sensibles entre los ciudadanos, cargado todo ello de expresiones nacionalistas, de patriotismo y de lo que llama la defensa de la patria.
Es claro que si bien se ganó tiempo, esto no significa otra cosa que tener posibilidades quizá de negociación y de una mejor organización interna. La Presidenta ha logrado establecer una negociación, o algo parecido, que le ha permitido hablar con autoridad ante Donald Trump; hay que insistir que el asunto va para largo.
Hemos dicho que lo que está pasando estos dos meses es lo que vamos a vivir durante cuatro años. Por ello resulta prioritario tratar de encontrar un camino para poder dialogar, en la medida de lo posible, con el presidente de EU.
Era difícil que no hubiera un sentido festivo ayer en el Zócalo. Sin embargo, lo único que se ha logrado hasta ahora es seguir pateando el bote y dejar en claro lo que puede significar el que se apliquen aranceles a los productos que se encuentran reglamentados en el T-MEC.
Ayer mismo, Trump recordó que el miércoles se aplicarán los aranceles al acero y aluminio. También informó que lo de la aplicación de los aranceles va a ser una constante y que el 2 de abril entrarán en vigor los aranceles “recíprocos”. Dicho de otra manera, la problemática se mantiene, por eso, no tiene mucho sentido quedarse en la euforia del acto de ayer, porque el camino no dejará de ser largo y la economía mexicana no va tan bien como lo asegura la Presidenta.
Trump pronosticó ayer que la economía de su país podría pasar por una recesión, “odio predecir cosas así”, aseguró. Si esto sucede en EU, las secuelas para México serán de alto nivel y riesgo, porque nuestro país trae una buena cantidad de adversidades económicas que fundamentalmente se aprecian en el nulo crecimiento del PIB de este año, problemas inflacionarios, los vaivenes del dólar y algo que cada vez se ve más lejos, el nearshoring.
La euforia de ayer le sirve a la Presidenta para cohesionar a los suyos. Seguramente sus niveles de popularidad subirán de manera significativa estos días. Esto es bueno, porque le permite una fuerza interna que, como decíamos hace algunos días, no tuvo López Obrador, el cual, por cierto, no casualmente fue citado en innumerables ocasiones en el discurso.
La pausa de un mes más, le viene al país sin la menor duda muy bien. Le da tranquilidad en la materia a la Presidenta, pero también lo obliga de una vez por todas a desentrañar el enorme problema que en materia de seguridad tenemos, ante el cual bien vale no pasársela haciendo cuentas alegres.
No pareciera que Claudia Sheinbaum tenga en su radar la narcopolítica. Más bien la Presidenta y su entorno, lo que incluye al Legislativo, han intentado crear la idea de que no cabe la interpretación de que en los altos niveles de la política actual está metido el narcotráfico, es un error que va a costar caro.
Ayer se festejó el hecho de que se sigue ganando tiempo, pero tarde que temprano pasará aquello de cuando el destino nos alcance.
Ya veremos cuánto tiempo tenemos que seguir pateando el bote.
Ayer se festejó el hecho de que se sigue ganando tiempo, pero tarde que temprano pasará aquello de cuando el destino nos alcance. Ya veremos cuánto tiempo tenemos que seguir pateando el bote
RESQUICIOS.
Resulta paradójico que estos días se haya presentado una férrea defensa del libre comercio, del TLC y del T-MEC por parte de la mayoría y de la propia Presidenta. En su momento fueron los principales críticos, ahora en una de ésas Carlos Salinas de Gortari se podría estar riendo.