“Moobing”, el acoso que destruye la vida laboral

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Por Sandra Luz Tello Velázquez

El hostigamiento en el mundo laboral, también nombrado mobbing, es una plaga silenciosa que muchos trabajadores enfrentan a diario y que afecta su productividad, pues carcome la salud mental, emocional y hasta física de las personas que lo sufren, aunque, es verdad que pocas veces se denuncia con la seriedad que este hecho merece. Así mismo, se trata de un fenómeno que incide de manera negativa en el clima organizacional de las empresas.

En ocasiones el mobbing se manifiesta a través de conductas hostiles y humillantes repetidas y prolongadas en el tiempo, que pueden adoptar múltiples acciones que van desde una velada persecución, el aislamiento y la exclusión social, hasta la difamación, el sabotaje y las agresiones verbales e incluso físicas.

Pensemos en un escenario laboral en el que prevalecen comentarios despectivos, aislamiento, sobrecarga intencionada de tareas, sabotaje e incluso amenazas directas o indirectas que implican los pagos salariales. Estas prácticas, a menudo normalizadas o minimizadas, pueden generar estrés crónico, ansiedad, depresión e incluso enfermedades psicosomáticas en aquellos empleados que son víctimas de hostigamiento.

Por otra parte, es común encontrarse frente a expresiones de violencia suavizada y disfrazada, esto facilita que la parte opresora descalifique cualquier reclamación que se le haga sobre su comportamiento. La o el jefe o superior puede argumentar exageración, hipersensibilidad, paranoia o cualquier pretexto para callar los reclamos, sin embargo, dicha anulación se convierte en una continuación de la agresión original.

A pesar de la gravedad del problema, el acoso laboral sigue siendo una realidad callada en muchos entornos de trabajo. Las víctimas, a menudo por miedo a represalias o por sentimiento de vergüenza, no denuncian la situación y sufren en silencio las consecuencias del hostigamiento.

En todo caso, el impacto del acoso laboral no se limita al individuo afectado, sino que repercute en la eficiencia de la empresa, incrementando el ausentismo, la rotación de personal y la desmotivación generalizada.

Uno de los grandes problemas en la lucha contra el acoso laboral es la falta de mecanismos efectivos para denunciarlo y abordarlo, ya que se revictimiza a los trabajadores y éstos temen a las represalias o piensan en la indiferencia de sus superiores. Hay muchos casos en los que la cultura empresarial fomenta el silencio, incluso premia a quienes ejercen estas prácticas como parte de un modelo de liderazgo mal entendido, que solo se basa en la agresión y el maltrato.

Entonces, es fundamental crear conciencia sobre el problema del mobbing y romper el silencio. Las empresas deben implementar políticas claras de prevención y sanción del acoso laboral, capacitar a sus empleados para identificar y denunciar estas conductas, pues de esta manera se garantizaría un ambiente de trabajo seguro y respetuoso para todos.

Finalmente, el acoso laboral no es un problema menor ni una cuestión de fragilidad emocional, es una forma de violencia que deteriora el bienestar personal y la salud de las organizaciones. La clave para erradicarlo es la toma de conciencia, la educación y la firmeza en su combate. Nadie debería temer a su trabajo, ni sentirse devaluado o padecer el deterioro de su salud debido al mobbing.