El Blue Monday de Trump que va para la historia

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Por Jorge Negroe

En Estados Unidos se maneja el concepto del Blue Monday, para referirse supuestamente al “día más triste del año”, el cual, según el psicólogo Cliff Arnall, equivale al tercer lunes de enero, pues conjunta factores como el clima, las deudas de navidad, la frustración por los propósitos y despropósitos de año nuevo, entre otros elementos parecidos y aunque en realidad este concepto carece de rigor científico, tanto en la mercadotecnia como en las redes sociales ha tomado mucha fuerza, lo cual es muy irónico, pues no se puede calificar tan drásticamente a un día de principios del año, faltando todavía 350 jornadas por vivir.

Pero algo que si es cierto, es que definitivamente este tercer lunes de enero si fue una fecha triste para México, pues fue el día en que Donald Trump tomó posesión por segunda ocasión como Presidente de los Estados Unidos de América. En medio de los fríos del invierno, las protestas de la comunidad LGBT, los incendios en California, los Playoff de la National Football League (NFL) y el fortalecimiento del dólar frente al peso.

Así, entre los invitados a la toma de protesta en el Capitolio de Washington asistieron los expresidentes estadounidenses Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, además del presidente argentino, Javier Milei, el salvadoreño Nayib Bukele, el ecuatoriano Daniel Noboa, el venezolano que EUA reconoce como presidente recién elegido Edmundo González Urrutia y la ministra italiana Georgia Meloni; hablamos de pura personificación del poder de la ultraderecha, por cierto que Bolsonaro también fue invitado, pero no pudo salir de Brasil por un proceso legal que está viviendo por haber querido imitar a Trump al intentar tomar el congreso de este país luego de su derrota en la elecciones pasadas.

Empresarios del ramo de la tecnología también se hicieron ver, tales como Elon Musk, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y Sundar Pichai, o sea: Tesla, Meta, Amazon y Google. Y por supuesto que también figuras del mundo del deporte, lo que especialmente me atañe, tales como Gianni Infantino, actual presidente de la FIFA, cuyo proceso judicial a causa del llamado FIFAGATE se ha entorpecido gracias a su colaboración con los intereses comerciales estadounidenses; además de figuras del box como Mike Tyson y Evander Holyfield, junto a los hermanos influencers Jake y Logan Paul.

Junto a ellos estuvo el luchador de artes marciales mixta Connor McGregor; Hulk Hogan leyenda de la WWE; Dana White presidente de las Artes Marciales Mixtas de la UFC, y varios exjugadores de futbol americano como el exlinebacker de los Chicago Bears, Brian Urlacher, y los exjugadores de los Pittsburgh Steelers, Le’Veon Bell y Antonio Brown. Inmiscuyendo a los grandes deportes estadounidenses (y al “soccer” que cada vez cobra más fuerza gracias a la mercadotecnia gringa), según yo solo faltó algún importante representante del Beisbol.

Y es que ya no tardando se vienen los mega eventos deportivos en territorio estadounidense de esta nueva era Trump: el Superbowl 59 en Nueva Orleans, el primer Mundial de Clubes con dinámica parecida a la Copa del Mundo y por supuesto la North American World Cup. Donde me imagino que México y los otros “países mexicanos” (como le llaman despectivamente a los territorios de Centroamérica) serán los invitados incómodos: Pachuca y León en el primer compromiso de soccer antes señalado y la Selección Nacional Mexicana en el segundo. Ya veremos si la publicidad que la WWE le está haciendo al mexicano Zero Miedo podrá posicionarlo y contrarrestar los arrebatos “nacionalistas” de quienes apoyan a Trump.

Debemos recordar que la postura de Trump frente al deporte es la de creer que hay prácticas exclusivas para hombres y otras para mujeres, sin entender que el género no determina las acciones deportivas, por lo que expresó que mantendrá a los hombres fuera de los “deportes femeninos”, eliminando la posibilidad “y la ambigüedad” que para él provocan los atletas trans.

Aunado a ello y sin perder más el tiempo, Trump comenzó a realizar acciones de inmediato, tales como como revocar varias órdenes ejecutivas realizadas por el hoy expresidente Joe Biden, crear un departamento para cobrar impuestos a los extranjeros, designar a los cárteles como organizaciones terroristas, declarar estado de emergencia la frontera con nuestro país, indultar a los procesados por los sucesos del Capitolio de 2021 que “defendieron a la democracia”, agregar nuevamente a Cuba a la lista de países que patrocinan el terrorismo (como muy posiblemente quiera hacer más adelante con México), salir tanto del Acuerdo de París sobre el cambio climático como de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además de renombrar al Golfo de México como “Golfo de América”, con lo cual hará creer a su gente que pueden explotar libremente los yacimientos petroleros de nuestra nación pues “es su Golfo”, así como empezar a deportar mexicanos (ya el primero se llama Martín Escareño y es de Zacatecas). En fin, toda una serie de ordenanzas en pocas horas que van a ser recordadas para la historia.

Entre los no invitados al evento estuvo la presidenta Claudia Sheinbaum, cuya respuesta fue anunciar que les darán becas del bienestar para todos los que sean deportados por Trump. Esperemos a ver que otra lluvia de órdenes está dispuesto a lanzar el nuevo y ocurrente presidente estadounidense.

Antes de cerrar quisiera vaticinar que la fotografía del “atentado” contra Donald Trump mientras hacía campaña en Pensilvania, será ganadora del concurso de la World Press Photo, pues el rostro de Trump salpicado de la sangre de su oreja junto al puño alzado y la bandera estadounidense de fondo tiene todos los elementos que lo ayudaron a ganar (junto a los millones de Musk) al elevarlo a la categoría de héroe-martir, no sé si esa fue la intención del fotoperiodista Evan Vucci al tomar la imagen, pero le funcionó voluntaria o involuntariamente.