Por Luis Emilio Soto
“En México no hay políticas económicas, sino economía política” fue la frase que la agrónoma y ex gerente técnico y administrativo de Pop Diesel, Antonia Álvarez Panes, dijo tras reflexionar sobre el poco uso de la jatropha en México.
El diésel o gasóleo es un hidrocarburo líquido que se utiliza como combustible para la calefacción, mientras el biodiésel es su alternativa ecológica, fabricada con aceites vegetales o restos de animales, siendo la soya, la palma, el tocino o el maíz, algunas de sus fuentes principales.
Sin embargo, sus detractores argumentan que estas grasas son igualmente utilizadas en la industria alimentaria y su uso podría ser contraproducente, al incrementar costos y contribuir a la hambruna mundial. Es ahí donde entra la jatropha curcas y sus propiedades, que la hacen peligrosa para el consumo humano, pero una opción válida para aprovechar su contenido energético.
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, esta planta comúnmente conocida como coquillo o piñón de tempate, produce en promedio mil 650 litros de aceite por hectárea y es fácil de producir, al adaptarse fácilmente a suelos pobres y con pocos requerimientos.
Para Álvarez Panes, el uso de jatropha es factible, aunque es como cualquier cultivo que necesita cuidados, pero destaca su adaptación rápida en climas tropicales y un alto rendimiento.
De acuerdo con la agrónoma, es una ventaja que el aceite que se extrae de primera mano sin tanto proceso, ya se puede usar. Esta misma grasa ya sirve como biodiésel y es útil para los tractores y autos. Incluso, por su alto contenido proteínico, es factible utilizarla en la engorda del ganado.
Además, Antonia Álvarez comenta lo siguiente: “Una de las ventajas al establecer jatropha en México […] es que se puede acceder a los pagos de bonos verdes, hay un acuerdo, hay un tratado a nivel internacional, el país que genere menos cantidad de dióxido de carbono y tenga más superficie establecida con especies que produzcan más oxígeno, se les da un bono de carbono”.
Pero si es una posibilidad viable y prácticamente rentable, ¿por qué el gobierno mexicano no ha invertido en esta fuente energética renovable?
Para Álvarez Panes es claro: al gobierno no le conviene económicamente. “En México no hay políticas económicas, sino economía política”. Y a pesar de que la huella de carbono del biodiésel con jatropha sea cero e incluso ayuda a absorber las emisiones, hay muchos intereses de por medio.
La agrónoma menciona que es una opción fácil de implementar, que no es barata pero es una muy buena elección como cultivo alternativo.
“Yo traté de hacerlo con una empresa de Estados Unidos, con el señor Garland Middendorf […] es un petrolero de Estados Unidos, un texano, tratamos de hacerlo cuando estaba aquí Fidel Herrera”, recordó.
En marzo de 2010, las empresas norteamericanas Jatropha and Enviromental Plantations Corporation S.A. de C.V. (Tanco) y MDLM Green Oil Corporation anunciaron una inversión de mil 650 millones de pesos para la instalación de una planta productora de biodiesel en el norte de Veracruz.
En una reunión sostenida con el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, Garland Middendorf, quien era representante de los Programas de Desarrollo e Inversión en México y América Latina de Tanco, informó de los planes de inversión del proyecto, considerado el más importante para la producción de biodiesel en la República Mexicana.
El proyecto se denominaba “Veracruz, pionero en la producción de Energía Renovable y Promotor de la Economía Rural Sustentable”, en el cual la empresa de capital norteamericano contemplaba la construcción de una planta en Tempoal y la obtención de una producción anual de biodiesel valuada en más de 100 millones de dólares.
Middendorf destacó también que a través de esta planta y la siembra de la jatropha se tenía contemplada la generación e integración de 110 mil empleos directos y 500 mil indirectos, así como la siembra de 100 millones de árboles con capacidad para capturar más de 800 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.
En aquel entonces, el gobernador Fidel Herrera Beltrán celebró el establecimiento de dicha planta y el incremento de la superficie de siembra de la plantación en la zona de Tepetzintla, y acordó la aportación de 10 millones de pesos como incentivo a la instalación de la planta extractora de jatropha en Tempoal.
“Fidel Herrera nada más le sacó una lanísima, le sacó un millón de dólares al señor Garland y no hizo nada”, lamentó la agrónoma Antonia Álvarez Panes, quien hizo un llamado de atención, pues aunque hace años se habló mucho de la jatropha, prácticamente se ha olvidado en México.