Por SemMéxico/Sara Lovera
El proyecto de presupuesto 2025, en una primera mirada, reduce el gasto para la política de género; deja en un mínimo el gasto en “cuidados”, así como gastos para la primera infancia y aumenta 2.5 por ciento la asistencia social.
Estas son las primeras impresiones del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que no encontró presupuesto para la Secretaría de las Mujeres, pero sí del Inmujeres, donde se reducen los recursos en 4.8 por ciento.
Por su parte, la Red por una Política Fiscal Feminista (RPFF) urge a una política fiscal redistributiva, puesto que el Proyecto de Presupuesto de Egresos es contrario al avance de la igualdad sustantiva de género, contradictorio al discurso de la presidenta de la República Claudia Sheinbaum Pardo, y mantiene la orientación de hace seis años, vaciando los recursos para la violencia y la transversalidad.
Este proyecto de gasto muestra, dicen, nuevamente que la política feminista no es prioridad para el Estado mexicano.
El presupuesto 2025 prioriza la construcción de proyectos emblemáticos como trenes, con una inversión de 189 mil millones de pesos. Mientras tanto, el gasto destinado al cuidado apenas alcanza 0.5 por ciento del presupuesto, equivalente a 0.1 por ciento del PIB. Este monto incluye asignaciones mínimas para estancias infantiles del ISSSTE, guarderías del IMSS y programas de bienestar, según detalla el CIEP.
Pese a lo sostenido desde la presidencia sobre los derechos de las mujeres y los cuidados, dice la Red y documenta el CIEP, a los cuidados apenas se destina 0.5 por ciento del presupuesto, que equivale al 0.1 del Producto Interno Bruto; aumentos para las estancias del ISSSTE y las guarderías del IMSS, un poco a las guarderías de bienestar.
Si la Secretaría de las Mujeres absorberá la prevención y atención de la violencia, solo se asigna (a Inmujeres) 966. 6 millones de pesos, 4.8 menos que en 2024. Magdalena García, representante de MIRA-Pensadoras Urbanas, señaló que el manejo del Anexo 13 —destinado a la transversalidad de género— sigue siendo «un desastre». Afirmó que no existe un enfoque de género integral en el diseño presupuestario.
En tanto, se pone en el centro el gasto del FAM AS: desayunos escolares, apoyos alimentarios y otorgamiento de asistencia social. Con recursos que atienden a la población sujeta de asistencia social vulnerable por carencias sociales, preferentemente en zonas rurales, urbanas, indígenas, marginadas y localidades de alto y muy alto grado de marginación o rezago social, que son beneficiarios de la Estrategia Integral de Asistencia Social, Alimentación y Desarrollo Comunitario, mejoran sus determinantes sociales de la salud
Para la Red los programas sociales y proyectos prioritarios han concentrado un porcentaje significativo del presupuesto y, aunque son necesarios para atender las necesidades inmediatas de la población, no abordan las raíces de las desigualdades estructurales en el país, incluidas las de género.
Según el CIEP el presupuesto profundiza las desigualdades en el acceso a la salud, la infraestructura y la primera infancia. El ajuste del gasto, el régimen fiscal y las instituciones del país dejan a la deriva a las y los más pobres, a las y los trabajadores, a las madres trabajadoras.