La calificadora financiera Moody’s degradó la calificación de México de “Estable” a Negativa”, por el debilitamiento de políticas y entorno institucional debido a la reforma al Poder Judicial.
En su comunicado de este jueves, Moody’s indicó que la reforma al Poder Judicial “corre el riesgo de erosionar los controles y contrapesos del sistema judicial del país, con un posible impacto negativo en la solidez económica y fiscal de México”.
A pesar de decirse esperanzados en que el país se beneficie de las inversiones de nearshoring durante los próximos años, Moody’s precisó que la reforma puede “debilitar la confianza de los inversionistas”
“Lo que corre el riesgo de materializarse en una menor inversión y un crecimiento económico que esté por debajo de nuestras expectativas de crecimiento a mediano plazo de alrededor del 2 por ciento”, adelantó la calificadora.
En respuesta, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público aseguró que este ajuste “no implica necesariamente una rebaja en la calificación, sino que, de acuerdo con la agencia, responde a un análisis precautorio del balance de riesgos percibido”.
El cambio en la perspectiva –continuó- se ha atribuido a que la agencia “supone rigideces en el gasto público y desafíos en la consolidación fiscal, así como a la posibilidad de un cambio institucional que podría influir en el clima de negocios”.
La dependencia mencionó que la agencia “no disponía en el momento de su Consejo de la información sobre el Presupuesto de 2025, la política fiscal propuesta para el próximo año o las proyecciones que la Secretaría de Hacienda entregará al Congreso de la Unión el día de mañana. Esta situación sugiere que el análisis y la perspectiva de Moody’s podría haberse beneficiado de una evaluación más detallada y actualizada”.
Según Hacienda, Moody’s “reafirma la calificación” debido al “sólido historial del Gobierno de México en la implementación de políticas fiscales y monetarias que garantizan la estabilidad macroeconómica”, ya que “la economía mexicana se sostiene sobre sólidos pilares de diversificación, crecimiento sostenido, un tipo de cambio flexible y un sistema bancario resiliente, elementos que fortalecen su capacidad para absorber choques externos y proteger la estabilidad económica”.
La SHCP sostuvo que México “cuenta con los amortiguadores fiscales necesarios para mitigar posibles escenarios adversos en el entorno global, reafirmando el compromiso de la Secretaría de Hacienda con una gestión prudente que refuerza la fortaleza de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda”.