Un sensible problema con el peor diagnóstico
Por Javier Solórzano Zinser
El Presidente ha pasado de asegurar que la violencia en Sinaloa ha sido sobredimensionada y cargada de sensacionalismo, que además buscan perjudicarlo y que las cosas están peor en Guanajuato. La última referencia, termina por ser un diagnóstico, aseguró que es corresponsabilidad de EU.
No se ha presentado un análisis preciso de lo que está pasando en donde pareciera que el gobernador empieza a ser entre figura decorativa y parte del problema. Sigue sin saberse cómo mataron a Melesio Cuén, político enfrentado abiertamente con Rocha Moya, El Mayo sugiere en su multicitada carta que estaba en el mismo lugar en donde había sido “secuestrado”.
La Presidenta electa se sumó a lo que dijo el Presidente sobre el papel de EU, lo que hace suponer que tiene un diagnóstico similar.
Es evidente que parte del asunto y problema tiene que ver con EU. El presidente Biden hizo un reconocimiento pocos días después de la “llegada” de El Mayo Zambada a su país.
Esto es una de las evidencias de que su Gobierno tuvo que ver, a pesar de que el embajador Salazar diga que su país no metió un quinto en la operación, lo que a estas alturas queda claro es que fue un secuestro en busca de un intercambio para lo cual las agencias estadounidenses jugaron un papel fundamental en la operación.
No reconocen abiertamente su participación porque, por un lado, dejarían en plena evidencia pública al Gobierno mexicano y por otra, porque sería asumir una muy alta dosis de cinismo e intervencionismo.
La queja mexicana tiene su razón de ser. Sin embargo, estamos ante un nuevo pasaje de una relación bilateral que está marcada en temas de seguridad bajo el signo de la desconfianza. El Presidente mexicano ha venido lanzando culpas por doquier, pero no ha hecho referencia alguna a cómo se ha venido deteriorando la relación bilateral en términos de cooperación, área sensible y sustantiva, la cual se inserta en terrenos de la seguridad nacional.
López Obrador ha tenido diversos desplantes que han sido motivo de crítica en EU, el más significativo fue el saludo y “comprensión” a peticiones que la mamá de El Chapo le planteó, a diferencia de las muchas solicitudes de colectivos de madres buscadoras para que las recibiera.
Sinaloa conjunta buena parte de todos nuestros males. Sus habitantes, a diferencia de otros estados, han aprendido a vivir una realidad que, por lo general, le es colateral. Saben hasta dónde meterse y saben muy bien cómo es su entorno. Es una historia de décadas en las que la delincuencia organizada entiende bien la importancia de la convivencia y cumplir una función paradójicamente social en muchas comunidades, no es un mundo de blancos o negros, existen muchos matices en Sinaloa y, particularmente, en Culiacán.
El secuestro de El Mayo tarde que temprano tendría sus consecuencias. Si en los primeros días posteriores no pasó nada fue porque muy probablemente la sorpresa era colectiva. Sin embargo, había evidencias de que tarde que temprano vendrían reacciones de toda índole, porque el cártel necesita una dirigencia fortalecida y porque entre los seguidores de Zambada se fue tomando conciencia de los hechos y se empezó a buscar la venganza, en medio de la lucha por el poder.
Una lectura básica de la forma en que se habían venido dando los acontecimientos preveía lo que hoy se vive en Sinaloa. Hablar de que las cosas se calmarán “cuando se pongan de acuerdo los grupos delictivos” a lo que lleva es a la evidencia de cómo el Estado rehúye sus responsabilidades y obligaciones inmediatas.
Seguimos ante un sensible y grave problema con el peor de los diagnósticos.
RESQUICIOS.
“Un fragmento de 5 cm es todo lo que tiene México de los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, líder antiporfirista asesinado hace más de un siglo en Panamá…, la búsqueda duró tres años y recibió trato preferencial y no arrojó más fragmentos de Catarino… el costo fue superior a 9.5 millones de pesos”. (Animal Político).