Por Ruby Soriano
La periodista Lydia Cacho no se quedará cruzada de brazos luego de la liberación del ex gobernador Mario Marín quien, gracias a una resolución de la jueza Angélica Ortuño Suárez, determinó a pocas semanas de que se le dictara sentencia, que no era necesaria la prisión preventiva, por lo que sólo le fijó fue una multa de 100 mil pesos para conseguir su libertad.
Los abogados de Lydia Cacho, quien actualmente reside en España, van a impugnar la decisión y seguramente el tema lo mantendrá en los reflectores internacionales donde actualmente como activista ha logrado mucha visibilidad por su trabajo literario, de investigación, pero también por sus textos sobre las redes de trata a nivel mundial.
La liberación del ex gobernador Mario Marín tiene una lectura muy riesgosa que los poblanos sabemos entender con mucha acuciosidad.
Hace unos días, Adolfo Karam hombre cercano al ex gobernador Marín, también recuperó su libertad, ante lo cual, no es difícil diagnosticar el regreso a Puebla del viejo marinismo, pero esta vez, liderado por quienes eran los alfiles en aquel sexenio de ingrata memoria.
El gobernador electo, Alejandro Armenta se cansó de desmarcarse durante su campaña de ser el heredero de un marinismo que en Puebla es recordado con un tufo de muchísima corrupción.
Y es que si bien ahora aquellos que acompañaron al ex gobernador en el ejercicio de su mandato, desde diferentes cargos en su gabinete o bien en cargos menores, hoy reaparecieron y cobraron vida para estar del “lado correcto de su historia”, es decir, del lado morenista, desde donde se han encargado de crear una vieja simbiosis al estilo del tricolor, donde revivieron cartuchos quemados y ensartaron a todos los que durante años, permanecieron en el olvido y casi en la extinción luego del encarcelamiento de Mario Marín.
Al gobernador electo le costará desmarcarse del futuro marinista, sobre todo, cuando el “ex gober” está de regreso con sus hombres de mayor confianza, pues no se olvide que José Luis García Parra, su sobrino político y el mismísimo de “El Audi del Bienestar”, será el hombre más cercano a Armenta en toda la operación gubernamental.
Y es que la suspicacia no puede dejarse de lado, cuando antes que arribe el nuevo gobierno estatal a Puebla, pareciera se operó todo con milimétrica intención, para liberar a Mario Marín y Adolfo Karam.
En Puebla gustamos de olvidar fácilmente, sin embargo, el escándalo en el que se vio involucrado Marín Torres y el empresario Kamel Nacif por la presunta tortura en contra de Lydia Cacho siempre será un mal precedente para todos aquellos que pretendan no sólo revivir, sino regresar las dádivas y prebendas a todos aquellos que, durante esa triste etapa poblana, hicieron de la corrupción un acto indispensable para ejercer la gobernanza.
En plena alerta, la familia de Cecilia Monzón sigue adelante con la batalla de exigir se dicte sentencia al presunto feminicida y también cercanísimo al equipo de marinistas, Javier López Zavala.
Sería un acto de abierta y total impunidad pensar en que “Zavalita” fuera exonerado y regresara a Puebla para sumarse a la horda de ex gober precioso al que no sólo le inyectaron el oxígeno de la libertad, sino también la posibilidad de experimentar la resurrección política.
@rubysoriano @alquimiapoder
losalquimistasdelpoder@gmail.com