El fundador del cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, declaró en Estados Unidos que el día de su detención acudió a una reunión para encontrarse con el gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y con el rector y diputado electo Héctor Melesio Cuén Ojeda, pero que fue emboscado y secuestrado por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán.
En una carta difundida por su abogado Frank Pérez, el capo ofreció detalles del encuentro al que fue citado por Joaquín Guzmán López julio en el rancho y centro de eventos Huertos del Pedregal, en Culiacán, Sinaloa, para “resolver diferencias políticas”, pues estaba enterado que había una disputa entre el gobernador Rubén Rocha Moya y el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Cuén, sobre quién debería dirigir esa institución.
«Me informaron que además de Héctor Cuén y el gobernador Rocha Moya, también estaría presente en la reunión Iván Guzmán Salazar», apuntó Ismael Zambada.
Dijo que en el lugar sí vio a Cuén Ojeda, diputado federal electo quien, aseguró Zambada, fue asesinado ese mismo 25 de julio después de verlo y no por la noche en un aparente intento de robo, como declararon autoridades de Sinaloa. «Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron. Héctor Cuén era amigo mío desde hacía mucho tiempo, y lamento profundamente su muerte».
Zambada manifestó en la carta que llegó a la reunión acompañado por un comandante de la Policía Judicial de Sinaloa, hoy Fiscalía General de Sinaloa, a quien identificó como José Rosario Heras López, y por Rodolfo Chaidez, miembro de su equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo, a quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber de ellos.
Según Zambada García, llegó a la cita con anticipación, pero fue emboscado por sicarios de “Los Chapitos” y transportado en un avión privado a Estados Unidos.
“Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a Estados Unidos. Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y contra mi voluntad.
“Estando en la sala me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta.
“Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado.
“Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo. El vuelo duró entre dos horas y media y tres horas, sin escalas, hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me detuvieron.
“La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad
«Creo que es importante que se sepa la verdad. Esto es lo que ocurrió y no las historias falsas que están circulando. Hago un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro en Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día», afirmó El “Mayo” Zambada, evidenciando la colusión entre el crimen organizado y la política en México.