Lágrimas

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Por Sandra Luz Tello Velázquez

Las lágrimas son como las palabras que caen en medio de una comunicación silenciosa, expresan sentimientos complejos y en ocasiones antónimos, ruedan lágrimas de dicha cuando se da el primer encuentro con el hijo recién nacido o de pena y dolor ante la cruenta despedida de un ser amado.

Aquiles, en la Ilíada, lloró la muerte de Patroclo, su amigo, esas lágrimas lo hacen más humano, pues ante el profundo dolor por la pérdida se viene abajo la fuerza y destreza que había demostrado en batalla.

Julieta, expresa un dolor inmenso al mirar el cuerpo inerte de Romeo, llora por el amor que ha fallecido, sus lágrimas caen con la esperanza de reencontrarse con él después de la muerte,

Hay lágrimas tras la devastación que vienen del remordimiento, son el lenguaje mudo de Heathcliff, pues llora la muerte de Catherine, a quien amó profundamente, pero la perdió debido a su insuperable orgullo.

Las lágrimas han sido utilizadas por los escritores para comunicar sentimientos sin necesidad de diálogos largos, van más allá de la idea de un líquido transparente producido por las glándulas lagrimales, situadas en el ojo para protegerlo, esas pequeñas gotas pueden revelar la profundidad y complejidad de un personaje, ya que puede ser visto como sensible y compasivo o si las reprime puede considerase como estoico o frío.

Las lágrimas evocan emociones y esto se transmite al lector, pueden llevar a la mimesis y en algún momento, quien lee se siente que hay empatía porque en cualquier momento de su vida ha pasado por lo que transita el personaje.

La principal función de las lágrimas es lubricar y proteger la superficie del ojo, pero en la literatura también son símbolos que representan una amplia gama de emociones y experiencias humanas, como el dolor, la tristeza, la alegría, la desesperación y la redención.

Las lágrimas con catarsis, por ejemplo, en la tragedia griega permitían a los personajes y al público liberar emociones reprimidas. En obras como «Edipo Rey» de Sófocles, las lágrimas y el dolor del protagonista son esenciales para el proceso de purificación emocional.

Por último, las lágrimas son un medio para expresar sentimientos humanos universales, además pueden ofrecer una crítica social, explorar temas espirituales, y permitir a los espectadores conectarse emocionalmente con la obra literaria. No hay risa sin llanto, ni llanto sin risa; como menciona el poema de Juan de Dios Peza:

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!

¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,

porque en los seres que el dolor devora,

el alma gime cuando el rostro ríe.