Se bajan o las bajamos

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Por Ruby Soriano

La renuncia de 200 mujeres a sus candidaturas en Zacatecas sin duda alguna es una señal alarmante de lo que se está enfrentando en zonas de alta peligrosidad controladas por la delincuencia organizada.

De todas ellas, sólo una presentó una queja por violencia de género y el resto argumentaron otros motivos como desinterés en el proceso, trabajo, estudios y situaciones personales.

Estas renuncias son verdaderamente atípicas por darse en una región del país donde los niveles de violencia son alarmantes.

El temor, las amenazas, la intimidación son factores que muchas mujeres que han sido postuladas por partidos políticos para contender por cargos de elección popular están enfrentando como una durísima realidad que está inhibiendo la participación de las mujeres en este proceso electoral 2024.

La situación de Zacatecas saltó al reflector por el número de renuncias a las candidaturas, sin embargo, la realidad se está replicando en otras regiones del territorio nacional, donde muchas candidatas están abandonando sus postulaciones en el mayor sigilo por una contundente razón: El miedo.

Y es que muchas de estas mujeres eligen salvaguardar su vida, las de sus familias antes que ponerlos en riesgo frente a las amenazas o presiones que reciben de parte de grupos delictivos o de los propios integrantes de sus partidos, quienes las presionan para ceder esos lugares a otros personajes, generalmente hombres.

La paridad en este proceso electoral se está viendo seriamente golpeada frente a una gran simulación que se articula desde el interior de los partidos, donde manera “transitoria” otorgan candidaturas a mujeres obligados con el cumplimiento de la paridad de género, pero la argucia de desplazarlas o bien, que sean ellas, las que sean quienes abandonen sus propias candidaturas por el temor a sufrir algún tipo de agresión.

Los niveles de violencia que se están viviendo en el actual proceso electoral reflejan la intromisión de la delincuencia que incide en muchos grupos políticos cupulares, para mover como en un tablero de ajedrez, los perfiles que mejor convengan a sus intereses.

La participación de las mujeres en este proceso electoral se ha visto seriamente vulnerada no sólo por los intereses partidistas, sino por la realidad de una violencia que hoy pone en riesgo la vida de muchas mujeres que deciden mantener su participación en la política.

 

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