Por Ruby Soriano
En menos de dos días, México entró a una curva de polarización social de alto riesgo, donde el enfrentamiento se ciñó a ventilar los datos personales (números telefónicos) de personajes políticos, candidatos y periodistas.
Lo anterior tuvo su origen en una polémica desatada por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador quien en aras de descalificar el trabajo de Natalie Kitroeff, periodista del New York Times, ventiló de manera pública su número telefónico.
Los actos erráticos del mandatario se han intensificado frente a la ola de descalificaciones y aseveraciones que vinculan su mandato con presunto financiamiento a sus campañas por parte de organizaciones del crimen organizado.
La desafiante afirmación presidencial: “Por encima de la ley, está mi autoridad moral”, encendió los encontronazos de una sociedad mexicana altamente crispada a escasos cinco días de que la candidata del oficialismo (Claudia Sheinbaum) inicie campaña.
Desde el pasado sábado, se desató una guerra de contraste digital en las redes sociales donde lanzaron de manera pública el número telefónico pero esta vez, de José Ramón López Beltrán, hijo mayor del mandatario.
Luego de esto, se desencadenaron las publicaciones de más números que involucraron a las dos candidatas presidenciales (Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez).
La gravedad de lo ocurrido al vulnerar los datos personales es exponerlos al riesgo que hoy se enfrenta en un país donde el encono político va en aumento, al tiempo de las descalificaciones y ataques al trabajo de la prensa nacional y extranjera.
Lo anterior es resultado de reacciones coléricas y precipitadas de López Obrador, quien arremete con acciones de hígado y no de cerebro.
Pero el Presidente no conforme con toda esta ola de enfrentamientos digitales y de vulnerabilidad de datos personales, se atrevió a más. Y es que a través de un video se dio el tiempo de filtrar él mismo, los montos salariales que perciben los periodistas Jorge Ramos y León Krauze.
Sin duda alguna, el mandatario de México está subido en un ring y ha hecho a un lado a su candidata presidencial con todos los daños colaterales que ya se empiezan a sentir para ella y su equipo.
Claudia Sheinbaum es una moneda secundaria que va atrás del paso presidencial. Ella no está en el debate, ni mucho menos en la contienda.
Es el Presidente de México quien se ha colocado los guantes de box para ir contra todos los que se atrevan a criticarlo o tocarlo con el mínimo pétalo de una flor.
El país arde en un enfrentamiento global que empieza a elevar los riesgos en todos sentidos.
La democracia merece pluralidad y cuando se acota por encima de un interés propiamente personal, entonces, se empieza a parecer mucho a una dictadura.
@rubysoriano @alquimiapoder