La FIL no son los «adversarios»
Por Javier Solórzano Zinser
Guadalajara.- Tendrá sus razones Claudia Sheinbaum de haber cancelado su participación en la presentación del libro más reciente de Paco Ignacio Taibo bajo el sello del FCE.
No queda claro si la decisión se debe a que no quiso por la andanada sistemática que el Presidente le da a la feria cada vez que se habla de ella o cada vez que en la feria se habla de él. Por como la califica, queda claro que el Presidente tiene una mirada parcial de lo que sucede año con año en Guadalajara; quizá la candidata optó por hacer mutis y más que ayer visitó al inquilino de Palacio Nacional.
Es cierto que la crítica a su Gobierno ha sido regular en donde han prevalecido observaciones respecto a su persona y a su gobernabilidad. Sin embargo, no es la constante, por la FIL pasan muchas más cosas que lo que tiene que ver con el actual gobierno.
En la FIL participan una gran cantidad de personas que representan pensamientos y miradas del mundo diversos. Se alienta el debate, porque es a través de ello que se fortalece la pluralidad, se ensancha la libertad y las posibilidades de ampliar el conocimiento.
Autores, especialistas y académicos que se han manifestado abiertamente en favor de las causas de López Obrador se han presentado para defender sus posiciones y también para echar por delante la importancia de la obra del tabasqueño.
No es tan cierto que en la feria se geste una especie de “complot de la derecha” o algo parecido. La diversidad de pensamiento muestra que la esencia es la pluralidad. Hemos visto y participado durante varios años en diferentes mesas en las que hemos podido confirmar el sentido del pensamiento abierto y del debate en libertad que prevalece.
Lo sucedido el sábado pasado en la mesa en que participaron integrantes de la Corte fue una manifestación de ello. De lo que se trató fue de debatir sobre el derecho a la información y a partir de ello reflexionar sobre los componentes que tienen que ver con la transparencia, la información y la rendición de cuentas. Fue inevitable plantear temas de coyuntura que están siendo debatidos, como el voto para elegir ministros o preguntar por los asuntos pendientes que dejó Arturo Zaldívar.
No hubo plan con maña o algo parecido. El diálogo fluyó al igual que ha sucedido en otras mesas en que aparece como eje el debate sobre el estado de las cosas en el país. No se trata de señalar, sino que en el marco de la dinámica bajo la cual estamos viviendo aparecen las diferentes ideas y se ejerce el análisis y la crítica, lo cual es esencial en la historia de la FIL y en la vida de las universidades, como es el caso de la histórica UdeG.
Muchas instancias de diálogo se han venido quedando estancadas. El Presidente ha ido cerrando la puerta y no ha permitido la posibilidad de establecer debates que pudieran fortalecer la gobernabilidad. A la feria la ve como un adversario, cuando es un centro de debate público en favor de la cultura, la literatura y las artes.
En estos cinco años, la sociedad mexicana ha evolucionado. No es la misma del 2018, a pesar de que en las encuestas de popularidad el Presidente mantenga un altísimo nivel. La cuestión está porque en estos años se han cerrado más puertas de las que se han abierto.
La propia FIL ha cambiado mucho en los últimos años. Insistimos en que muchos de los personajes a los que se refiere el Presidente como sus adversarios no son la feria. No es de ellos, cada vez se abre más al mundo y permite conocer lo que pasa en la cultura y con las personas que la conforman.
Se debe valorar que en la FIL se enaltece el debate, la pluralidad, la libertad, la cultura y el pensamiento, fundamentales para cualquier sociedad.
RESQUICIOS.
MC no está exento de rebeliones. El manojo de contradicciones llamado Samuel García no tiene del todo el aval interno. En Guadalajara además hay abierta molestia, porque no los toman en cuenta y están dispuestos a irse con el primer postor.