Por si gana Claudia
Por Javier Solórzano Zinser
Por ahora la oposición está muy lejos del partido mayoritario y de su abrumador Presidente.
No ha encontrado fórmulas que le permitan ser competitiva sin perder de vista que en algunos estados tiene que ir hacia los terrenos de la competitividad sin tener claridad de si pudiera pensar a futuro hacia procesos electorales competitivos.
La oposición se encuentra lejos del Presidente y del partido mayoritario. No ha encontrado alternativas a un proceso que se ha ido consolidando en donde poco cuenta que sea trascendente para la sociedad o no.
El Presidente lo sabe perfectamente. No es casual que en muchas ocasiones su discurso y su narrativa sean profundamente críticas sin importar que estén cargadas de contradicciones. La sociedad mexicana está pasando por un proceso en donde la opinión más importante es la del Presidente y las opiniones o los puntos de vista de quienes piensan diferente pasan a segundo plano.
El futuro del país está, como nunca antes, en manos de la sociedad civil, está también en manos de la ciudadanía. No se trata de colocar en los tiempos en que vivimos señalando de manera crítica al Gobierno. Hoy como nunca antes estamos en los terrenos en que los procesos de análisis sobre el actuar del Gobierno pasan a segundo plano.
Poco a poco vamos entrando en el final del sexenio. Si eventualmente Claudia Sheinbaum, como todo parece indicar será la ganadora del proceso electoral, la tendremos que asumir como candidata ganadora, lo cual, presumimos, la llevará a buscar la manera de crear condiciones para defender lo que en los últimos años han sido pendientes o han llevado a la sociedad a una confrontación que hoy, sin duda, parece inconveniente.
Claudia Sheinbaum va a estar en la obligación de revisar lo que se ha hecho, bien o mal, en el presente sexenio. No va a ser tan sencillo pasar por alto lo que en los últimos años se ha hecho, particularmente porque no puede soslayar que hay una confrontación ante la cual tendrá que buscar formas para tratar por encima de todo atemperarla.
La cuestión no está, por lo menos por ahora, en lo que se presume podría ser la victoria de Claudia Sheinbaum. Lo importante está en cómo va a gobernar un país que, por más que el Presidente pondere todas sus virtudes en función de sus convicciones o sus puntos de vista, está bajo condiciones de por más que se quieran soslayar estamos en medio de polarizaciones derivadas en buena medida por la gestión del actual gobierno.
Si las elecciones están hoy con una clara tendencia en favor del partido mayoritario, deberá de ser la búsqueda de conciliar las diferencias de opiniones que deben buscar un bien común que al final es por el beneficio de una sociedad cargada de contradicciones.
Se nos vienen tiempos difíciles, porque está muy claro que los procesos económicos por los que hemos pasado están cargados de pendientes. Sólo el paso del tiempo nos mostrará la terca realidad que terminaremos por enfrentar. La nueva clave del asunto va a estar en que el Gobierno entienda que existen una gran cantidad de contradicciones, las cuales hay que afrontar y que muchas de ellas al paso del tiempo serán muy difíciles de resolver.
Son tiempos interesantes, complejos y contradictorios. La clave está en qué hacemos ante ellos. El futuro inmediato va a enfrentar grandes problemas económicos y, sobre todo, va a tener ante sí una dinámica diferente. No le demos vueltas, el país va a ser muy diferente con López Obrador o sin él.
La gran incógnita es si el tabasqueño va a estar entre nosotros o se irá a su rancho llamado La chingada.
RESQUICIOS.
El futbol femenil necesita tiempo. El Legislativo debe tener cuidado en romper de tajo un futuro que necesita tiempo. Lo que hemos visto en los últimos años es el preámbulo de lo que viene. No busquen el futuro de este tiempo al que requiere darle tiempo.