Por Raúl Arias Lovillo
La ciudadanía veracruzana está cansada de vivir en un estado decadente. No vamos a enumerar una vez más todos los signos de la lamentable situación en la que vivimos. Todos conocemos la condición en la que miles de veracruzanos luchan diariamente por la sobrevivencia. Después de un poco más de cinco años este es el balance de un gobierno que nunca tuvo la preocupación por resolver los problemas sociales más sentidos de la sociedad veracruzana. Recientemente conocimos como el gobierno federal nos da la puntilla al quitar recursos a Veracruz, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año, en algunos rubros como construcción de vías de comunicación, campo y agricultura, así como en otras obras significativas para nuestro desarrollo.
Pero este yerro presupuestario resulta una minucia frente a la insólita decisión -hasta ahora no corregida- de no destinar un solo peso a la reconstrucción de Acapulco y demás municipios del estado de Guerrero afectados por el huracán Otis. Verdaderamente una tragedia. Otra vez se vuelve a demostrar como Morena y sus aliados son únicamente una maquinaria electoral que busca a toda costa mantenerse en el poder. Sus candidatos no tienen nuevas propuestas, solo ofrecen la continuidad del proyecto denominado Cuarta Transformación, que por más que le busquemos alguna explicación racional no se le encuentran pies y cabeza. La 4T se caracteriza por la utilización de los recursos públicos en proyectos que son verdaderos “elefantes blancos” e inútiles, en el despilfarro en falsas apuestas de éxito como Pemex -un auténtico barril sin fondo- que persigue el sueño de nuestra independencia energética y, sobre todo, en el inconmensurable gasto destinado a las largas campañas políticas de las candidaturas morenistas.
Como se sabe, Veracruz sigue siendo pese a todo un estado con enormes potencialidades sociales, naturales, económicas y culturales. Por ello, urge una amplia alianza de la sociedad, entre partidos y sociedad civil organizada, para que nos propongamos iniciar desde ahora la reconstrucción de nuestra entidad por el bien de las futuras generaciones.
Afortunadamente no vamos a partir de cero. Se acaba de publicar el documento “Hacia un Programa de Gobierno 2024 2030”, realizado por el Frente Amplio por México. Excelente documento que aborda las áreas estratégicas más importantes para iniciar la reconstrucción del país en el próximo sexenio. Como bien se indica, se trata de un documento preliminar que poco a poco se irá enriqueciendo con las propuestas absolutamente de todos, de la Coordinadora del FAM, de los partidos políticos y, por supuesto, de la ciudadanía. Aunque se trata, como digo, de un documento preliminar llama a la atención su visión y sus propuestas para atender los asuntos más sentidos por la sociedad mexicana en estos tiempos. Solo para ilustrar la relevancia de los temas incluidos en este documento, destacamos: las políticas sociales; mujeres; educación; ciencia y tecnología; cultura; salud; seguridad y procuración de justicia; corrupción e impunidad; agricultura, ganadería y pesca; economía (infraestructura, vivienda, pymes, competencia y turismo); medio ambiente, agua y energía; democracia y estado de derecho; gobiernos de coalición; relaciones con el exterior. Ya tendremos la oportunidad de volver sobre estos temas para analizar su importancia en el futuro de México.
En este contexto, destaca la iniciativa de 42 organizaciones de la sociedad civil del estado de Veracruz de impulsar la conformación de la Coordinación de las Organizaciones Ciudadanas #FuerzaRosa. El propósito es integrarse a las tareas de proselitismo electoral a favor de Xóchitl Gálvez Ruiz para impulsarla como candidata del Frente Amplio por México a la Presidencia de la República. Esta iniciativa se concretó el pasado domingo en el Casino Xalapeño de esta capital, en un acto protocolario donde se tomó la protesta a los representantes de las 42 organizaciones civiles presentes.
Se busca atraer la mayor participación ciudadana en este movimiento opositor para recuperar el país de la violencia a que está sometido, garantizar nuestra democracia y sus instituciones, restaurar el respeto a la división de poderes y preservar en el futuro la celebración de elecciones libres donde la voluntad ciudadana prevalezca sobre cualquier acoso autoritario.
A la luz de lo aquí comentado, poco a poco, paso a paso, se van construyendo las condiciones para pensar en la posibilidad de “otro Veracruz”. No hay un futuro predeterminado, por el contrario, existe un horizonte abierto para que la ciudadanía tenga, por primera vez en la historia, la oportunidad de participar activa y realmente en la construcción de ese futuro. De nosotros depende.