Quebradero

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Una cumbre tardía

Por Javier Solórzano Zinser

Si bien el fenómeno migratorio pasa por cuestiones económicas, son las cuestiones políticas las que cada vez están siendo más importantes por las persecuciones a los ciudadanos críticos de sus gobiernos. También están para considerar las condiciones locales en donde los terratenientes y las bandas locales tienen a los ciudadanos bajo condiciones totalmente adversas.

Sin conocer los resultados de la cumbre en Palenque, Chiapas, de nuevo está claro que por más promesas y discursos de buena voluntad, acompañados de una alta dosis de oportunismo, mientras las condiciones económicas y políticas no tengan variantes que permitan a la gente quedarse en sus lugares de origen las cosas no van a cambiar absolutamente nada.

No vemos a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua cambiando las condiciones internas en sus países, abriendo espacios a la participación y haciendo a un lado la persecución política que se ha vivido en los últimos años. Habría que preguntarse si están dispuestos a hacerlo, porque quizás al llevarlo a cabo perderían el poder que les hace posible mantenerse.

La “buena voluntad” de la cumbre difícilmente podrá trascender, porque en el fondo hay cierta dosis de hipocresía de algunos de los gobiernos de la región.

Presumimos que la cumbre tardía se llenó de reconocimientos a los migrantes y que incluso se habría dicho que se hará el máximo esfuerzo para tratar de ayudarlos. Sin embargo, en los hechos la voluntad ha sido sometida claramente por la terca realidad.

López Obrador desde su campaña alentó a los migrantes a que vinieran a México. Al paso del tiempo se ha visto que no se pudo ofrecer empleo y lo más grave, no se crearon condiciones, ni se ve que se vayan a crearse, en materia de seguridad en el paso de los migrantes por el país. Al problema económico de la región y del propio país se ha sumado un tema que tiene a México en un callejón sin salida, la inseguridad.

Si los mexicanos la padecemos es evidente que los migrantes pasan por el mismo rasero. En muchos casos la padecen aún más por la explotación que las bandas delictivas hacen aprovechando la situación por la cual cruzan el país. Es un callejón sin salida en donde enfrentan la explotación, el secuestro, incluso se ven sometidos a la trata de personas.

A pesar de que recientes informes aseguran que Venezuela es el que hoy tiene más migrantes que buscan cruzar la línea, el fenómeno mexicano no puede ser soslayado. La cantidad de migrantes nacionales sigue siendo alta y va creciendo a lo que hay que sumar un asunto particularmente delicado: cada vez hay más solicitudes mexicanas de refugio en EU, no sólo son individuales son familias enteras las que lo buscan.

En la misma línea se encuentran las solicitudes de refugio en México. Se han incrementado de manera significativa, porque muchos migrantes por ningún motivo quieren regresar a sus países de origen, aunque esto sea ocasión de que renuncien a su deseo de llegar a EU.

Es una cumbre tardía, porque el fenómeno viene incrementándose a la vista de todos desde hace varios años y porque pareciera que nadie se atreve a cuestionar lo que hacen los gobiernos de la región para evitar este proceso.

Si Cuba, Venezuela y Nicaragua, por hablar de los casos más significativos, están dispuestos a cambiar las condiciones internas para democratizar sus sociedades y con ello permitir mejores condiciones de vida, tanto en lo económico como en lo político, muy probablemente de la buena voluntad pasaremos a la posibilidad del atemperamiento.

Es importante que estén reunidos. Pero de esto a que pueda ver resultados de largo aliento hay una enorme distancia.

RESQUICIOS. 

Por más que el Presidente menosprecie e ironice la manifestación de los trabajadores del PJF es trascendente. Es paradójico que se presente una protesta de esta naturaleza contra un gobierno que se define defensor de la clase trabajadora y que desde la tribuna se asegure que los manifestantes están “manipulados”.