Por Ruby Soriano
La cresta del efecto disruptivo que catapultó a Xóchitl Gálvez terminó.
Algo no está cuajando en la precampaña de una Xóchitl cuyo discurso luce flojo, sin punch, frágil y sin propuesta.
Los huipiles y su historia de vida, no alcanzan para enfilar un posicionamiento que tendría que fortalecer una figura que dé una pelea frontal y con mucha solidez a su rival, Claudia Sheinbaum.
Las recientes mediciones abrieron las distancias entre Gálvez y Sheinbaum a favor de la morenista.
En el Frente Opositor la efervescencia de pronto se frenó. Los partidos opositores lucen timoratos frente a una candidata que va en bici y ante una morenista que con toda la cargada gubernamental se subió a una moto.
Xóchitl refleja una organización caótica al interior de su campaña donde los llamados voluntarios ciudadanos han dejado de tener el ímpetu inicial, para moldearse a las giras de la aspirante cuya brújula se descalibró.
Los partidos que integran el llamado frente de la oposición en el país, parecen estar en huelga, pues no se ve ni se siente el cobijo hacia una abanderada que ha perdido hasta los guantes de box.
Para algunos analistas políticos, la espuma de la efervescencia hacia la candidata opositora está bajando de manera paulatina y sin que se apliquen acciones de contención.
Xóchitl luce descobijada y haciendo giras, muchas giras sin la resonancia que inicialmente se dio.
Para desilusión de muchos mexicanos, la oposición en México se deshebra sin planteamientos y argumentos que arrastren ese voto de castigo al gobierno en turno.
El país luce su peor rostro de corrupción, violencia y antidemocracia.
Xóchitl transita en un gran vaivén de la euforia momentánea que se apaga a la menor provocación.
En su campaña hay una gran ausencia que se llama: Estrategia.
Hoy la mujer que debe encarar a la otra mujer del régimen, luce con un discurso frágil, reiterativo y sin emoción.
La bici de Xóchitl dejó de cautivar. Sus guantes de box, los colgó y su sonrisa empieza a ser forzada.
Los meses venideros deben ser para Xóchitl la oportunidad de corregir y empezar a armar esa campaña con una verdadera plataforma que confronte las acciones del actual gobierno.
Y sin embargo la realidad es que la hoy candidata de las izquierdas luce desinflada y solitaria.
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