La senadora priista Beatriz Paredes Rangel se retiró formalmente del proceso para definir la candidatura presidencial del Frente Amplio Por México, luego de que la dirigencia de su partido se plegara en favor de la panista Xóchitl Gálvez.
Ante las 32 dirigencias estatales, sectores, organizaciones y delegados del PRI, Paredes Rangel manifestó que “la construcción del Frente Amplio por México nos trasciende, es una propuesta que, si se tiene la aptitud de articularla, le podrá dar opciones a las fuerzas democráticas de nuestro país para que la sociedad tenga alternativas y 2024 no se presente como una opción unívoca de derrota”.
Subrayó que se trata de una tarea “que debe darse con toda transparencia, ajena a toda suspicacia, tanto en la selección de todas las candidaturas, como en la definición de sus directrices programáticas. Los intereses superiores de México son los que deben prevalecer para que realmente el Frente sea una opción para las mayorías ciudadanas y para los partidos que la integran”.
Expresó su respeto y reconocimiento a Xóchitl Gálvez, cuyo “talento y estilo personal imprimió una nueva dinámica al proceso y la llevó a alcanzar los resultados de todos conocidos”, pero advirtió que “mi adhesión definitiva al Frente dependerá del programa del gobierno de coalición, de la consistencia de las propuestas, de la evolución de su entramado democrático”.
Enfatizó que “soy una gente de misiones, no de posiciones, por ello, para que aquellas balas venenosas que de repente oscurecen el escenario no profundicen, declaro enfáticamente: no aspiro a ninguna candidatura en las próximas elecciones, ni al Congreso de la Nación, ni a la Ciudad de México. Ésa es mi posición, no hubo ninguna negociación, yo nunca he negociado en lo oscurito”.
“Era natural, como culminación de mi biografía política, que intentara la candidatura presidencial para ser la primera Presidenta de México, como también es natural, como demócrata que soy y absolutamente consistente, que reconozca cuando los resultados no me favorecen. Pero dimos el paso, empujando la participación democrática en nuestro país, promoviendo la participación de las mujeres, propugnado por la reforma del poder”, aseveró.
Precisó que en estos días se ha levantado un debate: “que, si en el discurso de Mérida me comprometí a participar en el proceso hasta el final. Efectivamente, para mí el final es cuando se dieron los resultados que revelaban que era irreversible el triunfo de la otra candidata. Esos resultados se han dado con la expresión de esas encuestas oficiales”.
Destacó que la culminación del proceso interno del Frente Amplio por México ya es cuestión de la comisión organizadora, no de los candidatos. “Estiramos la liga hasta donde fue posible. Siempre he estirado la liga hasta donde es posible dentro de una estrategia reformista. Yo decidí ser reformista, otros decidieron ser revolucionarios y otros han decidido ser conformistas. ¡No soy conformista! Soy simplemente una gente que cree en una política democrática para cambiar las cosas y creo indispensable, para que nuestro país y la política tengan perspectivas, que es necesario reformar el poder”, sentenció.
“El primero de septiembre de 1979, como Presidenta del Congreso de la Unión, dije: ‘en la búsqueda de la democracia, nuestro país y su pueblo han impulsado su tiempo y diseñado la historia’. Toca dar un paso más en el diseño de una nueva historia para México: es por las ideas, por los grandes propósitos, es por renovar al país con un estado eficaz, con equilibrio de poderes, federalista, verdaderamente demócrata y verdaderamente justo. ¡Ojalá exista esa grandeza!, concluyó.