Por Ruby Soriano
Queda claro que en los entretelones que veremos en los próximos meses entre los morenistas se encuentra la simulación de una democracia que les cuesta y mucho, sobre todo a la ex jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Los morenistas tienen la responsabilidad de llevar adelante una puesta en escena única con el país como espectador.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo de salida para iniciar la ola de renuncias a su gabinete, principalmente por los presidenciales como la hoy ex jefa del gobierno capitalino, el ex Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el ex Secretario de Gobernación Adán Augusto López y el ex senador Ricardo Monreal.
Las cargadas morenistas están en marcha entre los primeros raspones y reacciones de intolerancia como la de Sheinbaum al ser recibida por los gritos de “piso parejo”.
La sal y la pimienta a la interna morenista, se la sigue poniendo un Ebrard transformado en la cara amable del grupo de corcholatas, quien mediáticamente está haciendo un buen trabajo al meter la puya con algunas proposiciones que por supuesto llevan mensaje con dedicatoria a la puntera que ya se sentía intocable e invencible.
Lo que tanto pregonó el movimiento con el que López Obrador arribó a la presidencia de México, hoy se cuestiona de manera seria en Morena.
La tacleada aplicada a la ex líder nacional morenista Yeidckol Polevnsky para impedirle su registro, expone las claras prácticas de un partido que ha mutado en una mezcla de ideologías donde se le abrió la puerta a todo el cascajo y personajes camaleónicos provenientes principalmente del PRI.
Con la siembra de todo el neomorenismo a cuestas, la militancia de este partido se alista para la distribución de una cascada de huesos liderados por la silla grande del país.
El espectáculo morenista expondrá el verdadero espíritu de intereses, pactos y patadas bajo la mesa que seguramente veremos en las próximas semanas, cuando afloren las acusaciones, las denuncias y se intensifique la guerra de lodo que hasta el momento se ha lanzado en contra del ex canciller.
Será medible el ánimo y las reacciones que el gran elector emita desde Palacio Nacional para tener una lectura clara sobre la manera en que los morenistas cumplirán con el compromiso de llevar adelante un proceso transparente con la aplicación interna de cinco encuestas.
Si bien muchos apuestan a que todo está cantado a favor de Sheinbaum, lo verdaderamente interesante será ver cómo aplican la operación cicatriz para sanear las escisiones y rompimientos que seguramente se darán en el camino, como resultado del jaloneo por las posiciones de poder.
Como en los tiempos del pasado cuando el tapado salía a la luz por voluntad presidencial, el clima político actual expone una confrontación polarizada donde es el poder por el poder, pues a estas alturas muchos ya ni se acuerdan de aquel evangelio de la cuarta transformación que hoy mutó a: Antidemocracia y corrupción.
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