Quebradero

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Algo más que “confusión”

 

    

Por Javier Solórzano Zinser

 

 La hipótesis de la “confusión” va prevaleciendo en Matamoros, pero el desenlace muestra la evidencia de la violencia.

Destacar las violaciones a los derechos humanos y el maltrato a los mexicanos en EU ante lo que pasó en Tamaulipas a lo único que lleva es a una respuesta menor, porque si se tienen elementos para presentar denuncias de todo lo que pasa con nuestros paisanos, lo que incluye nuestras responsabilidades en la frontera común, en su momento se debieron haber presentado denuncias formales y no hablar del tema cuando tenemos una situación tan lamentable como lo sucedido en Matamoros.

A los gobiernos, incluyendo al actual, poco les importa la vida de los paisanos en EU. Lo que les importa son las remesas, las cuales, incluso, pueden llegar a ponderar o tratar de identificar como parte de sus políticas, lo que es claro que no es así.

La hipótesis de la “confusión” evidentemente cabe y es posible. Bajo las circunstancias de tensión y violencia en que se vive en diferentes ciudades del país, las cuales padecen cotidianamente la presencia de la delincuencia organizada, lo sucedido el viernes en medio del caos que provoca este tipo de enfrentamientos termina por tener a la “confusión” como una posibilidad real.

Sin embargo, el problema no está ahí, a pesar de la importancia que tiene conocer cómo se dieron los hechos dejando en claro la delimitación de responsabilidades.

La cuestión clave está en el hecho que las bandas delincuenciales se enfrentan sin importar la hora y la zona y que por ello toda persona que pase por ahí, llámese como se llame, esté expuesta a morir, salir herida o como se vio en este caso, ser secuestrado con lujo de violencia sin importarles a quienes perpetran la violencia si son grabados por cualquier ciudadano que ande con su teléfono en el lugar en esos momentos.

El nombre del juego termina por ser la impunidad. La delincuencia sabe que se puede mover a sus anchas, porque saben que no pasa nada. La rapidez con la que se actuó es evidencia de la preocupación que le fue generando al gobierno lo sucedido y particularmente las reacciones que se dieron, de hecho se siguen dando, en EU. No casualmente se ha planteado que la misma efectividad y rapidez con que se actuó debería extenderse a lo que muchos ciudadanos mexicanos padecen.

El secuestro acaparó la atención y además está generando una corriente de opinión adversa para México que se convierte en un elemento estratégico de cara al proceso electoral de la Unión Americana.

Dicho de otra manera, además del lamentable acontecimiento, lo que se viene son los diversos usos e interpretaciones que diferentes sectores de EU y de México están produciendo sobre el secuestro.

La noticia pasó por las principales cadenas de EU porque, además del hecho mismo, desde hace tiempo se viene creando una imagen negativa en términos de la seguridad en México por lo que viene pasando en diferentes comunidades y porque en algunos casos turistas estadounidenses se han visto involucrados.

Algunos en EU y en nuestro propio país han definido con razón narcoestados a varias entidades, al tiempo que cada vez son más comunes las alertas para que se tomen todo tipo de medidas de seguridad o las alertas de viaje para que no se visiten ciertas ciudades.

El futuro va a depender de cómo enfrente López Obrador el caso, lo que queda claro es que no es un asunto de callejón.

 

RESQUICIOS.

El embajador Ken Salazar planteó que “nos preocupa” el control que ejerce el Cártel del Golfo. A esto se suman los informes de la delicada situación que se vive en Matamoros desde enero y las alertas de viaje a los estadounidenses por la criminalidad y la violencia en Tamaulipas.