Parque Juárez

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La fascinación por los dictadores

 

Por Mónica Camarena Crespo

Como nunca antes Andrés Manuel López Obrador ha mostrado una especie de fascinación por otro jefe de estado, fue en Campeche donde se confirmó la alta simpatía con un prolongado y fraterno abrazo a Miguel Diaz- Canel Bermúdez, presidente de Cuba.

La visita de quien es considerado un dictador que mantiene presos políticos incomunicados y que encabeza un régimen con sus ciudadanos en la opresión y crisis humanitaria, tuvo como objetivo, recibir de manos del presidente de México, la condecoración con la Orden Mexicana del Águila Azteca.

El pretexto para que el gobierno de México otorgara tal reconocimiento al dictador Miguel Diaz-Canel, fue el presunto “apoyo” a nuestro país durante la pandemia de Covid-19.

López Obrador habló a nombre de todos los mexicanos, sin consultar si estaban de acuerdo en una condecoración de ese nivel para el dictador de la isla, que ejecuta detenciones arbitrarias, que hostiga e intimida a críticos, activistas, políticos y todo aquel opositor que se manifieste.

Tal vez hay concurrencia ideológica o empatía con el dictador Diaz-Canet, pero no todos los mexicanos están de acuerdo en condecorar a un dictador que ha hecho y sigue haciendo tanto daño a los cubanos.

Pero en el carrusel de las mentiras diarias, el pretexto para la condecoración por “presunto” apoyo de Cuba durante la pandemia se desmorona, pues en la realidad, fue el gobierno de México el que ha venido destinando recursos públicos al gobierno de Díaz-Canet con la contratación de médicos cubanos, que suman ya casi 600.

Como si en México no hubiese suficientes médicos, miles por cierto sin plaza o la oportunidad de una especialización, se anunció la llegada de más médicos cubanos con la brigada número 11.

Pero López Obrador al parecer tiene una fascinación especial por personas no gratas para la comunidad internacional,  está el “apapacho” público al dictador Nicolas Maduro, presidente de Venezuela, oscuro personaje que presume de su buena relación con el presidente de México.

Mientras el mundo señala los atropellos, violaciones a los derechos humanos, crisis humanitaria de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, en México, López Obrador busca condecorar y hasta erigirse en defensor de dictaduras, muy a pesar de poner en riesgo la relación con otros países como los Estados Unidos.

Ágora

Los cómplices y tapaderas de “Araly” y su pandilla son funcionarios del gobierno de Cuitláhuac García, como el secretario de Educación que la tenía en la nómina, pero la lista crece para abajo, pero también muy arriba, incluso tan arriba que puede alcanzar Palacio Nacional.

@monicamarena