Deforestación

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Por Martín Quitano Martínez

 

Porque en la verdadera naturaleza de las cosas, si consideramos correctamente,

 cada árbol verde es mucho más glorioso que si estuviera hecho de oro y plata.»

 Martín Lutero

 

En nota de Al calor político de fecha 10 de septiembre del 2022, el alcalde de Perote, Veracruz, se queja de la tala ilegal que sufre su municipio, “Tala ilegal en faldas del Cofre de Perote no se detiene; es grave”. Comenta además que, pese a los esfuerzos de coordinación con el Gobierno del Estado, esas actividades ilegales continúan y solicita que se establezca un acercamiento mayor con el Gobierno del Estado de Puebla para implementar acciones más efectivas en la atención del problema.

Perote sería una muestra de los grandes y graves problemas que tenemos en nuestro país respecto de la pérdida de nuestros bosques, en la línea de la tala ilegal, pues forma parte de un proceso mucho más amplio de actividades que no se han logrado controlar y que ponen en riesgo las posibilidades de contener la crisis ambiental en la que avanzamos de forma aterradora.

Según el trabajo periodístico colaborativo “Sembrar deforestación: los bosques que México pierde por la agroindustria”, en el que participaron periodistas de Mongabay Latam, Animal Político y La-Lista, los datos que obtuvieron deben de llamar a sumar esfuerzos y a definir políticas públicas que realmente ayuden al fortalecimiento de actividades de manejo forestal, donde nuestro país es pionero con casi 40 años de haber establecido esas prácticas.

No es casual lo anterior dadas nuestras condiciones territoriales, que nos ofrecen ”más de 138 millones de hectáreas en donde se despliegan bosques templados, selvas, manglares, matorrales y otros ecosistemas forestales”  y donde  habitan “alrededor de 12 millones de personas viven en regiones forestales”, circunstancias que nos obligan a buscar alternativas responsables de esa convivencia.

Algunos datos del trabajo en comento:

Cada año, por lo menos, 47,770 hectáreas de bosques y selvas son desmontados para enraizar campos agrícolas. Esa cobertura forestal equivale a la superficie que ocupa Cozumel, una de las islas más grandes de México.

Territorios que antes eran habitados por la biodiversidad forestal, ahora son dominados por monocultivos como el aguacate, la soya, la caña y la palma de aceite.

Desde hace décadas, el desmonte provocado por la agroindustria avanza sin obstáculos en varias regiones del país. Los motores que lo alientan son, entre otros, los subsidios del gobierno, un mercado creciente, las leyes ambientales ignoradas y, en especial, el desdén hacia los territorios boscosos.

“Entre 2001 y 2019, la expansión de la agricultura llevó a que el país se quedara sin, al menos, 889,188 hectáreas de cobertura forestal”.

“Análisis cartográficos realizados por los autores del estudio Cultivo de palma de aceite en México permiten conocer que entre 2014 y 2019 se perdieron al menos 5,400 hectáreas de bosques y selvas por la expansión de la palma de aceite en Chiapas, Campeche, Tabasco y Veracruz”.

“En el estado de Jalisco, cada 75 segundos un árbol es derribado en forma ilegal en las montañas de la entidad y su lugar es tomado por plantaciones de aguacate. Desde 2019, al menos, 5,160 hectáreas dejaron de ser bosques para transformarse en huertas aguacateras. Así lo determinó un estudio realizado por las propias autoridades ambientales del estado”.

En gran parte, a decir del trabajo referido, los males que están pasando en relación a nuestros bosques y selvas deviene de la impunidad que prevalece en relación con ellos.

“Entre 2015 y febrero de 2022, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), dependencia encargada de vigilar el cumplimiento de la legislación ambiental, ha realizado en todo el país 5,551 procedimientos administrativos por presuntos cambios de uso de suelo forestal ilegales”.

“En ese mismo periodo de tiempo, en todo el país, la PROFEPA sólo ha ejecutado 1,915 sanciones (multas) por cambios ilegales de suelo forestal. En 2,168 procedimientos se determinó no imponer ningún tipo de sanción, porque se llegó a un acuerdo y en 1,468 casos no existe información pública disponible que permita conocer qué sucedió”.

El documento arroja más datos que invito a que sean consultados y con ello perfilar una opinión más acabada de lo que a mí me parece una verdadera tragedia.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

En Veracruz, de enero a julio del 2022 han desaparecido 413 mujeres. ¡¡¡Qué atrocidad¡¡¡¡

mquim1962@hotmail.com

Twitter: @mquim1962