Quebradero

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No nos acostumbremos

Por Javier Solórzano Zinser

Los migrantes ya están en nuestras ciudades. No había manera de que el gobierno pudiera tener un control de ellas y ellos. Es un fenómeno auténticamente incontrolable que el gobierno no ha logrado de entender y leer del todo.

Seguimos con una política migratoria reactiva desde los atropellados tiempos de Trump. En el corto plazo veremos si con la expedición de visas de las que se habló y prometió en la visita de López Obrador a Washington se abren alternativas. No se va a resolver el problema, pero se podría atemperar y quizá también obligar a crear condiciones en las naciones que expulsan a sus ciudadanos; la migración, reiteremos, es un asunto multilateral.

En un buen número de casos a los migrantes no les queda de otra que dejar sus lugares de origen. Los gobiernos centroamericanos no hacen mucho al interior de sus países para crear condiciones en que los ciudadanos encuentren alternativas para quedarse en sus comunidades.

La migración mexicana ha crecido de manera significativa, lo cual obliga a que el gobierno no solamente ponga la mira en la migración proveniente del extranjero. Desde hace tiempo se viene presentando esta tendencia, la cual debería obligar al gobierno a atender sus causas.

De por medio no sólo está el tema económico, que por supuesto es central, lo que ha ido creciendo como una causa migratoria es que muchas y muchos huyen del país ante la contundente violencia.

Está siendo cada vez más complicado para el gobierno controlar la migración. Son muchas las razones, algunas de ellas pasan por la forma en que ha terminado la delincuencia organizada, la cual le ofrece  a los migrantes salir del país por muy alto costo económico de la mano de un altísimo nivel de riesgo; como hemos visto los migrantes cada vez se atreven a correr más, más y más riesgos.

Se han incrementado las rebeliones en las fronteras, lo cual ha servido para que la delincuencia esté al acecho. Las lamentables muertes de migrantes se deben entre otras razones a que no les importa el costo con tal de salir del país o de los campamentos que los tienen materialmente hacinados.

Ésta es una de las muchas razones por las cuales los migrantes están apareciendo en las grandes ciudades. Han ido aprendiendo a moverse en medio de sus urgencias, sus capacidades, su sagacidad y su desesperación. Estamos ante una etapa más de los procesos migratorios que no hay manera de frenar.

Los migrantes están pasando paulatinamente a la rebeldía y a estas alturas ya poco les está importando si los detienen. Después de las tragedias en los tráileres están dispuestos a correr cualquier tipo de riesgos.

La migración tiene que ver en un buen número con las condiciones de vida que tienen en sus lugares de origen. Muchas y muchos de ellos están dispuestos a cualquier cosa con tal de evitar la pesadilla que es cotidianidad de sus vidas.

Huyen de la violencia, de la pobreza, de las condiciones políticas y económicas en las comunidades en las que viven y a pesar de todos los riesgos que corren, en la gran mayoría de los casos son las propias familias las que los alientan a tratar de llegar a EU, o al menos a México, como nos decía un migrante hondureño con niño en brazos.

Nuestro país está siendo el destino de muchos migrantes, quienes se van dando cuenta de las dificultades para cruzar “la línea”. Si en otro tiempo se escondían en las grandes ciudades hoy ya se dejan ver abiertamente en las esquinas de las calles, en los semáforos y en donde pueden.

Siempre han estado entre nosotros, porque somos además de todo un país migrante, pero ahora están en nuestras ciudades y bien nos convendría ser solidarios, sería lamentable que nos acostumbremos a verlos en las esquinas.

RESQUICIOS

Viene etapa intensa en el Parlamento Abierto sobre la Reforma Electoral. Es fundamental estar al tanto, porque se están expresando ideas que ayudarán a una mayor democratización del país; por ahí andaremos en el Canal del Congreso.