Desenfreno y procacidad sucesoria
Por Aurelio Contreras Moreno
La adelantadísima carrera sucesoria impulsada por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha propiciado que absolutamente todas las decisiones y acciones de su gobierno -y las de los estatales en manos de Morena- se vean afectadas y circunscritas a esa condición.
La inauguración el pasado viernes de las oficinas administrativas –porque en realidad, es lo único que está listo- de la refinería “Olmeca” en Dos Bocas, Tabasco, fue un claro ejemplo de lo anterior.
Sin justificación alguna para estar ahí, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no solo hizo acto de presencia sino que tuvo un papel protagónico junto al presidente López Obrador, a la par del otro aspirante presidencial en el lugar, el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, quien tres días después del acto dio positivo a covid-19.
Ninguno de los dos tenía, en sentido estricto, vela alguna en lo que fue, además, un penoso montaje para hacer creer a la fanaticada obradorista que se había construido y terminado una refinería en “tiempo récord”. Pero de lo que no hay duda es que Adán Augusto y Sheinbaum son las cartas con las que López Obrador piensa hacer su jugada en la sucesión presidencial. Con nadie más.
Aunque todavía estaba impedido para asistir por estar infectado por covid-19, es un hecho que el canciller Marcelo Ebrard no habría sido convidado al “show” de Dos Bocas. Como no lo fue tampoco el senador Ricardo Monreal. Los dados están evidentemente cargados hacia un solo lado. Y aunque López Obrador tiene aún la fuerza para mantener a raya los ímpetus de quienes él mismo calificó peyorativamente como “corcholatas”, conforme pase el tiempo y el desgaste de su gobierno se profundice –en buena medida, por sus propios actos y dichos-, las inconformidades y las grietas internas por la restauración total del “dedazo” presidencial se harán más visibles.
De hecho, ya comienzan a manifestarse abiertamente. El diputado federal del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña –a quien no se le puede regatear su apoyo irrestricto desde hace por lo menos dos décadas al proyecto lopezobradorista- denunció que lo “desinvitaron” de la “inauguración” en Dos Bocas por órdenes de la propia Presidencia, que no ve con buenos ojos cualquier activismo sucesorio que no haya pasado por su aprobación previa. Y mucho menos, actos de “rebeldía” o de manifestación del mínimo criterio propio, fuera de la “línea” presidencial.
Fernández Noroña –quien ha manifestado desde hace tipo su intención por contender por la candidatura presidencial de la coalición Morena-PT-PVEM, pero rechaza el término “corcholata”- afirmó este lunes que “estamos en un momento delicado, en un momento en el que todo el aparato de gobierno debe de abstenerse de participar, de generar publicidad hacia alguna de las personas que aspiran. Y creo, legítimamente, lo digo con toda la admiración, cariño y respeto que le tengo al compañero presidente, que debe de sacar las manos del proceso”.
Pero el régimen de la “4t” piensa y hace otra cosa. El desenfreno sucesorio está a todo lo que da, con el gobierno interviniendo descaradamente. Y no únicamente en el plano federal.
La “inauguración” de la refinería “más ecológica del mundo” –por aquello de que no produce ni una gota de gasolina- fue también la punta de lanza para que la secretaria de Energía, la zacatecana Rocío Nahle García, comenzara a hacer proselitismo con intensidad, promoviendo su imagen como funcionaria pública en una colosal y desvergonzada violación a la Constitución Política federal, para apuntalar su aspiración por ser candidata a gobernadora de Veracruz.
Desde el mismo viernes aparecieron en autopistas y caminos del estado espectaculares con la imagen de Rocío Nahle, a quien “los veracruzanos” le “agradecían” por una refinería que está en Tabasco. Y curiosamente, fueron los mismos espectaculares en los que “alguien” contrató propaganda –también de manera ilegal- para promover la consulta de revocación de mandato hace unos pocos meses.
Tampoco hay que ser un genio para inferir quién fue. Pero baste escuchar las soflamas del gobernador Cuitláhuac García para defender, como ya es costumbre, la sistemática violación del régimen de la mal llamada “cuarta transformación” a cualquier ley que les estorbe: “tenemos que informar, estamos obligados nosotros a informar, nada más que le duela a nuestros adversarios. Les duele muchísimo que Rocío Nahle, con las instituciones y el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador, la hizo (la refinería) en tiempo récord de tres años”.
Así, o más cínicos.
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