Por Miguel Casillas
Fundado hace una veintena de años, El Colegio de Veracruz agoniza. Históricamente vinculada al poder, esta institución nunca ha sido autónoma; durante años funcionó como una escuela de cuadros para el sistema político príísta, que fue el dominante en Veracruz durante décadas, y aun durante sus épocas más oscuras, siempre se distinguió por ser una institución de educación superior con académicos reconocidos, con profesores y profesoras con un alto prestigio académico que impulsaron algunos programas de posgrado de buena calidad.
Como a otras instituciones culturales, desde la izquierda se le criticó al Colver su falta de independencia y se exigió su autonomía, pues se reconocía necesaria para favorecer la libertad académica. Sin embargo, cuando Morena llegó al poder, hizo lo mismo que los de antes, colonizó la institución e instrumentalizó su proyecto académico.
La 4T está colonizando las instituciones de educación superior y los centros de investigación científica. Progresivamente va desplazando rectores, directores y demás funcionarios, sustituyéndolos por los compadres, los amigos y otros recomendados del poder. Progresivamente, va transformando el proyecto académico institucional descontaminándolo de la ideología neoliberal, despidiendo a ciertos profesores, contratando a nuevos académicos bajo criterios ideológicos, eliminando contenidos, modificando bibliografías, cambiando el sentido de las publicaciones. El propósito es claro: instrumentalizar las instituciones a favor del proyecto ideológico de la 4T.
El pasado 15 de junio, al festejar 20 años, El Colegio de Veracruz organizó un evento académico, el foro titulado: “Diálogos filosóficos. Razón y sinrazón en los discursos políticos de hoy” donde participaron distinguidos académicos, entre ellos los doctores Julio Quesada y Adolfo García de la Sienra Guajardo, quienes colaboraban hasta entonces con el Colver con algunas asignaturas. Ambos profesores, son muy importantes investigadores de la Universidad Veracruzana, reconocidos por el Sistema Nacional de Investigadores, apreciados por sus comunidades y estudiantes. Julio Quesada y Adolfo García de la Sienra son distinguidísimas personas, profesores con una larga trayectoria académica, que incluye la coordinación del doctorado en Filosofía y la dirección del Instituto de Filosofía de la UV.
Incómodo con lo que ahí se decía, el rector de El Colegio de Veracruz salió del foro y después publicó un texto titulado “Filósofos, patriarcas de la falsa conciencia”, difundido en algunos medios de comunicación y en Facebook.
En su texto, el rector afirma que “…algunos razonamientos de los expositores estuvieron desprovistos del citado rigor académico…En El Colegio de Veracruz lamentamos la descortesía del nivel argumentativo expuesto por parte de los invitados en el citado foro, pues ante las críticas indagatorias de nuestros estudiantes la respuesta fue ausente y el desdeño por la Ciencia Política evidente…La intervención del Dr. Julio Quesada fue muy delicada e incluso comprometedora, pues aseveró que el mismo Aristóteles consideraba que la ciencia política no era ciencia. Para evitar ser partícipe de más barbaridades tuve que levantarme…”
El texto del rector es de antología, cierra diciendo “Sin duda, el nuevo proyecto que El Colegio de Veracruz enarbola radica en rescatar y dar a conocer la importancia que tiene el estudio de la ciencia política para los jóvenes, a quienes les educamos en una vertiente crítica propositiva (SIC)…La ciencia política a diferencia de la filosofía, nombra las cosas como es necesario y de acuerdo con realidad, apartándose de todo subjetivismo posible gracias a que se ampara en la teoría política, y no en el reduccionismo simplista.” (Recontra SIC diría Monsiváis)
Como resultado de esta publicación, los doctores Julio Quesada y Adolfo García de la Sienra renunciaron a seguir perteneciendo al claustro del Colver y en sendas cartas públicas denunciaron el agresivo e inquisitorial texto del rector. Con su renuncia, el Colver pierde a dos de sus más distinguidos profesores y se pone en entredicho su viabilidad en tanto institución académica.
El violento atentado a la libertad de cátedra que ejerce el rector del Colver es un despropósito, que exhibe el tono y las formas de los intelectuales de la 4T. En el Colver es imprescindible la autonomía para que imperen la libertad de cátedra y la libertad de expresión, para que se pueda ejercer la crítica sin límite y para formar a los estudiantes en un clima de libertad ideológica. Si quiere fortalecer a las instituciones académicas, mal hace el gobierno de la 4T al decantarse por el oscurantismo, pues lo que necesitan es libertad.