El poder de la lectura
Por Leticia Perlasca Núñez
Hoy en día es de gran importancia inculcar a nuestros niños y jóvenes la lectura, en cualquiera de sus formas.
Al revisar un interesante artículo, creí adecuado compartir por la importancia que tiene la historia de la lectura desde los primeros jeroglíficos esculpidos en piedra a la de la tinta de los pergaminos.
Si la invención de la escritura supuso la separación de la prehistoria de la historia, la lectura descodificó los hechos que acontecían en cada época. Los primeros que leyeron con avidez fueron los griegos, aunque fuesen sus esclavos quienes narraban en voz alta los textos a sus amos. Siglos más tarde, la lectura se volvió una actividad silenciosa y personal, se comenzó a leer hacia el interior del alma.
Ejercitar la mente mediante la lectura favorece la concentración. A pesar de que, tras su aprendizaje, la lectura parece un proceso que ocurre de forma innata en nuestra mente, leer es una actividad antinatural. El humano lector surgió de su constante lucha contra la distracción, porque el estado natural del cerebro tiende a despistarse ante cualquier nuevo estímulo.
Leer es una de las actividades humanas más trascendentales. Quien lee tiene la oportunidad de conocer toda clase de ideas, de sentir todo tipo de emociones, de viajar a todas las épocas – incluso al futuro, de aprender toda suerte de destrezas y de disfrutar uno de los placeres más exquisitos.
En un hogar en donde los progenitores lean, donde haya libros, en el que se estimule la lectura, hay un terreno abonado para que los niños y jóvenes se pongan a leer. Hay que comprarles – o conseguirles prestados -libros que les llamen la atención, que les produzcan curiosidad, alegría y satisfacción de aprender y disfrutar. Pero lo más importante es que los padres prediquen con el ejemplo. Está demostrado que la probabilidad de que los hijos sean buenos lectores es directamente proporcional al ejercicio frecuente de la lectura por parte de sus familiares.
Los profesores juegan también un papel definitivo. Si escogen para sus alumnos buenas obras, si aciertan en la selección de autores que despierten el interés y tengan la capacidad de ganarse las mentes y corazones de los estudiantes, se multiplican las posibilidades de que la lectura se convierta en un hábito.
@PerlascaLety
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