Como para que no quede duda de su filiación política, el rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez, decidió imprimir a la comunicación institucional de la casa de estudios el tono bravucón y pendenciero que caracteriza a la mal llamada «cuarta transformación». Y en lugar de conciliar y resolver los conflictos internos o de respetar las voces distintas, la orden es desaparecer y descalificar. Al «cuaternario» rector que ni Twitter tiene ya nomás le falta pedir el paredón para los «traidores a la patria» mientras saca la matraca para gritar «es un honor estar con…».
RECTOR «CUATERNARIO»
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