Mantenimiento, una de las claves
Por Javier Solórzano Zinser
No sólo por razones políticas, sino por la importancia de ponerse del lado de la justicia, la transparencia y la rendición de cuentas a la que tanto refiere, la Jefa de Gobierno tiene que cerrar de manera clara las investigaciones sobre la L-12.
Algunas de las promesas sobre el caso están siendo cada vez más cuestionadas, porque no se ve que vayan a definir lo sucedido, a la vez que se ve remota la reapertura de la línea.
El Grupo Carso ha asumido la responsabilidad que le toca. Ha conversado con las víctimas y sus familiares llegando a acuerdos que todo indica han dejado satisfechos, en medio del dolor, a las víctimas. Carso desde el primer momento estuvo dispuesto a buscar la manera de delimitar las responsabilidades y en su caso asumirlas. Era evidente que una de las razones del colapso se debió a lo que se conoce como fallas de origen.
La decisión del grupo, insistimos más allá de asumir su responsabilidad, de alguna manera colocó al gobierno de la ciudad en algún sentido ajeno al colapso. Sin embargo, muchos cabos siguen sueltos y queda la impresión de que se ha tratado de mencionar lo menos posible la responsabilidad del gobierno capitalino en el 2012, a lo que hay que sumar las presuntas responsabilidades que hayan tenido los gobernantes de las dos siguientes administraciones.
El peritaje de la empresa noruega (DNV) se ha convertido en un momento estratégico de la investigación. De manera singular los muchos elogios y reconocimientos al consorcio se han convertido en críticas interminables, se le acusa de conflicto de interés, irresponsabilidad y de no apegarse a la metodología convenida.
No tendría sentido que una empresa que fue contratada para hacer un peritaje, el cual sería presentado en tres entregas, cambiara el sentido de su trabajo en la última fase. Los dos primeros trabajos no recibieron crítica más bien fueron reconocidos.
La tercera parte de la investigación no se ha dado a conocer y todo indica que debido a que ya está en proceso de judicialización. Llama la atención que la investigación haya entrado a juicio cuando bien pudo previamente haberse dado a conocer para que la Jefa de Gobierno confirmara sus dichos.
Mientras no se conozca todo lo sucedido y el porqué hoy se critica de manera tan abierta a la empresa que antes era elogiada las dudas sobre el colapso no se van a disipar, más bien adelantamos que se va a empezar a cargar el problema, como ya está pasando.
Conversando con especialistas, ajenos a filas y fobias, nos aseguran que más allá del tema de los pernos existen otras consideraciones. La palabra mantenimiento aparece de manera constante y cruza a los tres últimos gobiernos de la capital, lo que incluye al actual pasando por la exdirectora del Metro, hoy singularmente reconocida por Conacyt siendo que su gestión al frente del Metro dejó un buen número de preguntas.
Si no resuelven este lance con base en la transparencia y la rendición de cuentas y no nos dan a conocer el tercer trabajo de DNV el gobierno de la ciudad y la aspirante no podrán deshacerse del colapso. Insistimos puede suceder que carguen el problema como otros gobiernos, lo cual que no se olvide los llevó al desprestigio e incluso a la pérdida del poder.
Para las víctimas ha sido un largo y doloroso año. Los primeros momentos del funesto 3 de mayo del año pasado fueron confusos y no necesariamente el gobierno capitalino pudo resolver en lo inmediato el problema sin dejar de reconocer la dificultad de todo ello ante un problema de tal envergadura.
Están en rumbo de que una candidatura o intereses políticos definan una tragedia; lamentable para decir lo menos si así lo es.
RESQUICIOS
Desde hace meses hay evidencias de incidentes aéreos. Las autoridades lo han negado sin que hagan acuse de recibo. Todo indica que ayer hubo una reunión sobre el tema, la cual debiera ser punto de partida para una investigación profunda, de que hay un problema no hay duda.