Por Ruby Soriano
La gira del Presidente Andrés López Obrador por Centroamérica y el Caribe, culminó en Cuba en un momento doloso para la isla, donde la explosión del Hotel Saratoga en el corazón de La Habana dejó más de una treintena de muertos y más de 80 heridos.
El gobierno de Miguel Díaz Canel le otorgó al mandatario mexicano la medalla “José Martí”, que sin duda nos hace cuestionar sobre esa libertad que hoy pondera el gobierno castrista.
Ahí mismo, donde la revolución logró que Cuba remontara a esos gobiernos yanquistas, cultivó la semilla dictatorial de los viejos regímenes comunistas que hoy casi se han extinguido.
López Obrador viajó a la isla para darle un espaldarazo a los gobiernos autoritarios, a un régimen que concentra el poder en la familia Castro, cuyos herederos distan mucho de enfrentar las carencias de alimento y el empobrecimiento de su pueblo.
Los Castro siguen siendo los dueños de una isla donde el accidente en el hotel Saratoga nos da cuenta del mínimo mantenimiento que se da a sus inmuebles, debido a sus grandes carencias diarias, donde hasta conseguir un poco de cemento, se vuelve un suplicio.
Éste es el país que nuestro Presidente López Obrador señala como ejemplar y que hoy se desmorona con una gran inconformidad social que desde hace unos meses se opaca con represión y amenazas.
El momento que AMLO eligió para visitar la isla, fue fatal.
En redes sociales muchos cubanos se lanzaron contra su propio gobierno, al no declarar de manera inmediata el duelo nacional y priorizar la visita del Presidente mexicano.
Esta gira de Andrés Manuel, fue un desatino de enormes proporciones, sin resultados y sólo con el propósito de enaltecer su figura presidencial que hoy confirma que en Cuba se colocó de lado de la dictadura.
Integrar un bloque de cooperación económica en Centroamérica casi como la Unión Europea es un sueño guajiro de nuestro Presidente quien tiene la casa con un gran tiradero.
A él se le olvida recurrentemente la realidad de su país al que suele invisibilizar frente a sus vecinos centroamericanos y del Caribe.
Todo lo que el mandatario no ha podido solventar en México, fue a ofrecerlo a países como Guatemala, donde 25 mil personas podrán cotizar en el IMSS a través del programa “Sembrando Vida”.
Si bien regresa a México condecorado con su medalla “José Martí”, que ésta la sirva para recordar los principios de respeto a la libertad y combate a la imposición.
Varios cubanos desde el corazón de La Habana, a través de las redes sociales, muestran en la medida que pueden las carencias, pobreza y restricciones a la libertad de expresión con las que diariamente lidian.
América Latina demanda modernidad y revoluciones nuevas sin tintes de viejos y obsoletos principios de igualdad disfrazada de excesos.
Me quedo con la frase de un joven que con su viejo celular transmite vía YouTube su propia realidad cubana: “Para nosotros, los cubanos existen tres preguntas que debemos responder diariamente: ¿Qué hay para desayunar? ¿Qué hay para comer? ¿Sobró algo para cenar?”.
Éste es el país empobrecido por una dictadura familiar a la que le fue a aplaudir el Presidente Andrés Manuel López Obrador y su pareja Beatriz Gutiérrez Müller, quien sólo es primera dama cuando se trata de giras internacionales.
@rubysoriano @alquimiapoder