Diferentes
Por Javier Solórzano Zinser
El “somos diferentes” está diario a prueba. La insistencia presidencial en el tema, es uno de los instrumentos que más efectividad le han generado al tabasqueño.
Pintar su raya con el pasado es una forma de intentar hacer ver en el imaginario colectivo que las cosas con él son diferentes, lo sean o no en los hechos. Como discurso no hay duda que tiene un gran efecto entre la población, sobre todo, porque al tiempo que recuerda el pasado, al cual ubica como el eje de todos nuestros males, de igual manera le sirve para colocarlo en la agenda cada vez que le es necesario.
Con el “somos diferentes” se ha construido un discurso en donde lo que expresa el Presidente establece por principio algo que termina siendo como la “verdad”. Afirmación que hace el mandatario difícilmente entra en los terrenos del debate, lo que dice acaba convirtiéndose en lo que es o debe ser.
En diversas ocasiones ha quedado claro que lo que expresa es motivo de controversia, lo cual, como sea, tiene su lado positivo por la manifestación de diferentes puntos de vista. Lo que coloca las cosas en otros terrenos es que en ocasiones quienes son señalados por el tabasqueño demuestran que lo que dice no es cierto e incluso ofrecen pruebas de ello.
Lo delicado de esto es que se va creando una especie de mundo paralelo, en donde sin importar si las cosas son ciertas o no, se crea y se construye en el imaginario colectivo la idea de que diga lo que diga el Presidente tiene la razón.
Poco importa si le demuestran lo contrario. Uno de los grandes problemas que tiene la mañanera es que en ocasiones todo empieza y termina en lo que ahí se dice. Poco se atienden las expresiones que ofrecen razones para hacer ver y valer opiniones distintas, las cuales muestran otra forma de ver las cosas y que lo dicho por el Presidente es objeto de crítica, la cual difícilmente es atendida.
El ejercicio de “Quién es Quién en las Mentiras” cae en esta dinámica. No se objeta en sí mismo el gran problema que tiene es que se sobreinterpreta lo que se hace y dicen en los medios y redes pasando a segundo plano la importancia de la objetividad para ver las cosas y, sobre todo, asumir de manera autocrítica lo que a través de los medios se plantea.
No hay duda de que algunas cosas que pasan por los medios son impresentables. Se sabe de muchos años, pero también se debería considerar que el ejercicio de los miércoles es una oportunidad para elevar el nivel del debate.
Si se trata de fustigar se logra con creces; si se trata de señalar, también; si se trata de poner en evidencia, lo logran sin la menor duda, pero si lo que quieren es tener un análisis de las cosas para saber y conocer lo que se dice sobre el Gobierno a través de los medios y las redes, el objetivo muchas veces no se cumple.
El transcurrir del tiempo va a enfrentar al Presidente con temas que en muchos casos soslaya. Ya estamos, en estos tres años de gobierno en esos terrenos. La clave son y serán los resultados y ellos van a colocar a López Obrador de frente ante ese mundo paralelo que de alguna manera se construye.
El Presidente tiene a los medios como su interlocutor. Los ha colocado en algunos casos como sus adversarios, subyace una crítica general a los medios aunque se particularice en algunos. Los medios están bajo una nueva relación con el Gobierno, la cual no termina por definirse del todo si bien no hay duda de que las relaciones no podían seguir igual. No se ve ni por asomo que esta tensa relación vaya cambiar, más bien se va a agudizar.
Pueden ser “diferentes”, pero su discurso los tiene en la unilateralidad viendo sólo lo que quieren ver.
RESQUICIOS
Mamás y papás de niños con cáncer presentaron una demanda en contra de altos funcionarios del Gobierno federal, incluyendo al Presidente. Llevan varios años padeciendo la falta de medicamentos para sus hijos e hijas, en el camino se ha agudizado la salud de los menores en algunos casos de manera irreparable; el balón y el reto está en la FGR.