De nada sirve la paridad ni que haya cada vez más espacios para mujeres en cargos de responsabilidad pública si muchas de éstas se siguen prestando a ser peones en los juegos de poder de los varones, como las recientemente «tetratransformadas» ex perredistas en el Congreso veracruzano. De pena ajena.
JUGANDO EL JUEGO DE LOS HOMBRES
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