Por Sandra Luz Tello Velázquez
El Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente: SUNCINE, dio inició el pasado 3 del presente mes y finalizará el jueves 11 de noviembre. Esta celebración, con casi tres décadas de existencia pone su atención en los “crímenes” contra la naturaleza, los seres vivos que en ella habitan, los océanos, activistas, bosques, comunidades originarias, la biodiversidad, en pocas palabras: El Planeta. Cabe señalar que el evento coincide con la Cumbre Climática de Glasgow en Reino Unido.
La muestra presenta documentales y producciones que en muchos casos resultan inquietantes, cuestionadoras, exigentes; que inevitablemente dirigen a la reflexión y a responder a una pregunta que inicialmente se propone en el sitio del Festival: ¿es nuestro planeta una gran escena del crimen?
Los creadores señalan un punto de inflexión, la necesidad de reformular un diálogo con la naturaleza y la tierra, pues como habitantes de este mundo, qué por cierto es el único que tenemos como casa común, requerimos de compromisos y soluciones alternativas, positivas y sostenibles conjuntas, para afrontar la emergencia climática que nos alcanza.
Es evidente que se trata de un esfuerzo colectivo por mostrar de forma audiovisual una realidad que nos afecta e incluye a todos, que va más allá de la mercadotecnia propia del cine actual, ya que SUNCINE ofrece gran parte de su programación en México y España, mediante su propia plataforma APP FESTIVAL, así como las televisoras públicas: Canal ONCE del Instituto Politécnico Nacional en México y Betevé en España. Además, se presentan algunas proyecciones en salas de cine, en ese caso con costo.
En esta edición del Festival se abre una ventana desde la actualidad del cine ambiental que se ha realizado en España y Latinoamérica: SUNCINE Planeta Latino; que presenta obras audiovisuales como: Bosco, Éxodo Climático, Hatun Phaqcha: La Tierra Sana, Territorio Natural: Casanare, Incendios, Filomena, Los Guardianes del Maíz, El Tema, Punto de No retorno, Mal Vecino, entre otros filmes.
Punto y aparte es la producción “Atoyac: agua que sueña”, que a través de sus imágenes nos enfrenta al pasado de un río que dio vida a la Ciudad de Puebla, convertido actualmente en una corriente espesa, negra, cuya única esperanza es revivir como la fuerza del río mismo. Esta obra forma parte de la selección de cortometrajes ubicados en la sección SUNCINE Edu, proyecciones destinadas para la educación ambiental, espacio abierto a las escuelas.
Finalmente, estas opciones que ofrece el cine documental tienen el propósito implícito de concienciar, sensibilizar y en un alcance mayor hasta educar, valiéndose del lenguaje audiovisual como medio y mensaje, que quizá requerimos para iniciar acciones que nos lleven a revertir los daños que dirigen al planeta a su destrucción y con ello a nuestra inminente desaparición junto con otras especies vivas.