Código de “ética” neoestalinista del Conacyt prohíbe a investigadores hacer críticas y promueve denuncias anónimas en su contra

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En el nuevo Código de Ética del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacy) se exige a los empleados de la institución, prestadores de servicio y hasta a los solicitantes de apoyo que se abstengan de “emitir comentarios u opiniones negativos o desfavorables sobre las políticas o programas del Conacyt”, en clara violación a la libertad de expresión y pensamiento.

El documento –cuyo contenido fue difundido por el portal Animal Político- establece en el apartado “Identidad institucional” que el Conacyt les pide a sus integrantes ser “prudentes al emitir opiniones en tus redes sociales y procura preservar la integridad de la imagen institucional”.

También prohíben las entrevistas pues, deben dirigir “las solicitudes de información susceptible de ser publicada en medios de comunicación al área de comunicación social, ya que es el área competente para hablar en nombre del Conacyt”.

Asimismo, dispone “abstenerse de publicar y de denunciar a la ciudadanía información por escrito o en formato electrónico, así como de pronunciar discursos, conceder entrevistas o hacer apariciones públicas en nombre o como representante del Conacyt sin la autorización del área de comunicación social”.

Dicho nuevo código se aplicaría a “todas las personas que desempeñen algún empleo, cargo o comisión en el Conacyt, incluyendo a los trabajadores del Conacyt, de las empresas que prestan al Conacyt el servicio de limpieza, vigilancia, recepción, comedor y cualquier otro, así como los grupos de evaluación de proyectos susceptibles de apoyo”.

Sobre las sanciones, se establece que toda persona que tenga información referente al incumplimiento, “podrá hacerlo del conocimiento del Comité de Ética”, que podría emitir recomendaciones al respecto y “en caso de que estime que existe una responsabilidad administrativa, lo comunicará de forma oficial al Órgano Interno de Control”. Las denuncias pueden ser interpuestas directamente en este último o hasta de forma anónima.

El documento lleva la firma de la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla.