Con Estados Unidos rechazando migrantes, México sigue también una dura política migratoria hacia las miles de personas que intentan llegar a ese país por su territorio.
Tanto con Joe Biden en la Casa Blanca como con Donald Trump, Estados Unidos todavía quiere que «México sea una especie de muro contra los migrantes», dice a la AFP el politólogo Gaspard Estrada, especialista en América Latina.
El excanciller mexicano, Jorge Castañeda, decía a una revista en 2019 que en materia migratoria, México está haciendo el «trabajo sucio para Estados Unidos».
El número de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos por México ha aumentado en los últimos años. El país, que el viernes recibirá al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, registró 90.314 solicitudes de asilo de enero a septiembre de este año, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados(COMAR).
Es un número mayor a las 70.406 solicitudes de 2019 y a las 41.509 peticiones de refugio de 2020.
Al igual que en otros años, Honduras ocupa el primer lugar con 31.884 solicitudes. Sin embargo, las peticiones de migrantes de Haití aumentaron de 5.954 en 2020 a 26.007 en este año.
Al mismo tiempo, México ha expulsado a unos 54.000 migrantes en lo que va de 2021, según el director de la ONG Humans Rights Watch (HRW) para América Latina, José Miguel Vivanco.
– Varados en México –
Miles de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos están varados en Tapachula, en el sureño estado de Chiapas, en donde algunos llevan meses esperando documentos que les permitan permanecer en México.
Además, las fuerzas de seguridad mexicanas han evitado que se formen caravanas de migrantes hacia Estados Unidos en las últimas semanas.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo en septiembre que no quería que el país se convirtiera en «un campamento de migrantes» al referirse a los miles de migrantes haitianos que intentaban llegar a Estados Unidos a través de México.
La mayoría de ellos, que vienen de Brasil y Chile, malinterpretaron un anuncio de Washington sobre una extensión de los plazos para regularizarse, según el canciller mexicano Marcelo Ebrard, quien sugirió que varios de ellos podrían beneficiarse del estatus de refugiado en México.
«Los haitianos tenemos el sueño de llegar a Estados Unidos porque allá hay mejor vida para nuestras familias, pero migración no deja pasar a nadie, por eso estamos aquí», dijo a la AFP Joseph Yorel, de 34 años, junto con su esposa y su bebé desde un refugio en la norteña ciudad de Monterrey.
«No sé otros, pero si yo encuentro un trabajo para vivir en México, para mantener a mi familia, tengo que quedarme. Si lo encuentro, no tengo problema para seguir aquí», agregó Yorel, quien salió de Chile y después atravesó una decena de países para llegar a México.
Sin embargo, para los miles de haitianos, parece que el sueño mexicano también está fuera de alcance.
El miércoles, México repatrió a 129 migrantes a Puerto Príncipe, el segundo vuelo de este tipo desde finales de septiembre.
Las autoridades mexicanas realizaron este vuelo de repatriación «con apego a los derechos humanos y en acuerdo con autoridades consulares de ese país», aseguró el Instituto Nacional de Migración (INM).
Antes de su partida, los migrantes protestaron. Un video que compartió Vivanco de Humans Right Watch mostró a un migrante brincando de las escaleras de abordaje del avión en el que sería retornado a Haití.
– El problema de fondo –
El presidente López Obrador ha insistido en que se «atienda el problema de fondo», al aludir a la pobreza en los países de origen de los migrantes, principalmente Haití y Centroamérica.
«Estados Unidos no invierte en América Latina y el Caribe para apoyar a los pueblos pobres», ha dicho.
En particular, el presidente mexicano pide a su vecino que abandone la Iniciativa Mérida, que Washington lanzó en 2008 para financiar la lucha contra el narcotráfico. Desde entonces se han invertido 3.000 millones de dólares en esos esfuerzos.
En cambio, «estamos solicitando apoyo de Estados Unidos, pero para los países de Centroamérica», dijo López Obrador en vísperas de la visita de Antony Blinken.
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