De tin, marín, de do, pingüé…
Por Fernanda de la Fuente
Felicidades señoras, a las madres, a las abuelas, a las tías, a las de aquí, a las de allá, a las del país, a las del mundo entero. Espero que hayan tenido un gran día con muchos besos, abrazos y amor, aunque después todo regrese a la normalidad.
¡Ojo! Que los besos y los abrazos sigan siendo con la debida distancia, con cubrebocas, con agua y jabón, con gel antibacterial que el horno, digan lo que digan, todavía no está para bollos.
Para los amantes de los números:
Hoy 13 de mayo, semáforo amarillo en la CdMx
Contagios 2743
Defunciones 271
Hace un año exactamente
Semáforo rojo
Contagios: 1906
Defunciones: 199*
Por si teníamos dudas del manejo político del semáforo.
Por favor, síganse cuidando.
Y hablando de pepinos en almíbar, de metros que se descarrilan y de riesgos y de campañas políticas, he de decirles que no me va a alcanzar la vida para reponerme de todas las impresiones que he vivido.
Hace 20 años, 19 para ser exacta, me vine a vivir a Xalapa por las siguientes razones: la primera Raúl Peimbert me invitó a trabajar con él en su equipo y no era cosa de desairarlo, ¿están de acuerdo?; dos, en mi tierra, el otrora D.F., era gobernado por el PRD, bajo el yugo maldito del «pejendejo», así se le conocía a «lópez» en este espacio, además era un muy mal jefe de gobierno, y por cierto, en esa época nadie se hubiera imaginado que el batracio pudiera ser presidente, prácticamente «todomundo», tenía muy clara la calidad de «sujeto» con el que tratábamos, no sé cómo la ruleta dio la vuelta.
Ya desde aquel entonces se veían las fallas y los impertinentes y peligrosos recortes que el «peje…» le hacía al presupuesto de mi amada tierra, cuánto la lastimaban sus secuaces, y sus levanta maletas y todos los ineptos que lo rodeaban, así como ahora. Todos esos que han sido jefes de gobierno, diputados, senadores, alcaldes, gobernadores del PRD y de «morena», no hay nada nuevo bajo el sol.
Así las cosas, estaba su servidora viendo la tele el lunes 3 de mayo, cuando la señora Maerker dice que tiene la de «último minuto» -se derrumbó la línea 12 del metro- y pasa las imágenes del desastre. El corazón se me hizo chiquito y en el estómago un hueco. Lo primero que pensé fue -¡otra vez el metro y otra vez esta tarada!- y me vino a la mente la imagen del Colegio Rébsamen, que se cayó con el temblor y que hasta hoy Claudia Sheimbaun sigue insistiendo en que no fue su responsabilidad.
No voy a discutir necedades; estos estultos comandados por un loco con sus hamponerías disfrazadas de recortes están destruyendo a la madre patria, a la patria chica, a mi país y a mi vida.
Ojalá que puedan sanar los enfermos; no hay medicamentos, los hospitales están de adorno gracias a sus recortes. Mi más sentido pésame para mis paisanos, si pudiera les juro que estaría ahí con ustedes, aunque no creo que les sirva para gran cosa. Siento mucho que hayan perdido a sus familiares por la negligencia de esta gente; lo único que les puedo decir es que el irrespetuoso de «lópez» un día, se va a ir al carajo, obviamente con nuestra ayuda y entonces entenderá el insensible la importancia de la presencia, del apoyo, de la foto…
Paseando por Xalapa.
No se imaginan la de gente, ok, la de personas que me encontré ahora que he andado «danzando la manzanilla» por mi adorada ciudad.
Estaba comiendo gorditas con «Mónica», en el mismísimo mercado Jáuregui cuando de pronto aparece para echarse un «tentenpié» con la «pipol» el buen Raúl Arias Lovillo. Con gusto se comió un par de gorditas, mientras saludaba a los comensales, a los transeúntes, a los metiches, a los chairos, a sus seguidores a los que le hicieron preguntas y a los que no también.
Desde luego que me tocó apapacho con «susana», es decir «de codito y de puñito», muy bien puesto el cubreboca, como siempre muy pulcro él y muy amable y organizado su equipo de trabajo, lo que sea de cada quien y aunque yo no comulgo con la política de su partido, he de decir que su slogan me gustó: «Nunca más una Xalapa olvidada, nunca más una Xalapa dividida», piénsenlo.
También me encontré del otro lado de la ciudad y también comiendo gordas a mi querido Presidente de Partido. Estaba como siempre arregladito, con su chamarra de color rojo, bien peinadito, enlocionado, desayunando en un restaurante en conocidísima plaza en una de las zonas privilegiadas de Xalapa.
Cuando me vio se levanto a saludarme, -¡güerita preciosa, que gusto verte!-. En otro momento le hubiera dicho, «chaparrito de mi corazón, eres bien correspondido», pero esta vez me tuve que contener, es el chaparrito sí, pero también es el Presidente, así es que le dije -¡Presidente, que gustazo!- y me dijo ¡ay no manches!
Nos echamos una «minigrilla» y yo encantada, desafortunadamente se tuvo que ir prontito, pero antes tuvo la galantería de invitarnos a mi hija, a mi comadre a su nuera y a su servilleta el desayuno. Desde aquí le agradezco mucho el detalle, fue una muy agradable sorpresa.
A mi no me pregunten por quién voy a votar porque es obvio, voy a hacer todo lo que esté en mi poder para tratar de convencerlos de no votar por el partido en el gobierno y mientras eso sucede, por aquí nos estaremos viendo.
Felicidades a los maestros, son muchos y muy mal tratados, sobre todo en esta época. Los abrazo con respeto y reconocimiento.
¡He dicho!
* Fuente: Dr. Enrique García Murray